VATICANO - Al inicio de la Cuaresma el encuentro del Papa con los párrocos y el clero de la Diócesis de Roma (2) - Entre los temas en discusión: liturgia y participación, obediencia y libertad, educación ética, escuela, diálogo

miércoles, 13 febrero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El jueves 7 de febrero, se reunió el Santo Padre Benedicto XVI, en el aula de las Bendiciones, con los párrocos y el clero de la Diócesis de Roma en la tradicional cita del inicio de la Cuaresma. El encuentro se desarrolló en forma de diálogo entre el Santo Padre y los participantes. En esta segunda parte concluimos la presentación de breves extractos de las respuestas del Papa sobre algunos de las numerosas temáticas afrontadas.

Liturgia y participación
"Un gran problema es el de las liturgias en las que participan masas de personas… Para mí, debo decirlo, continua siendo un problema, porque la comunión concreta en la celebración es fundamental y por lo tanto no veo que se haya encontrado realmente la respuesta definitiva. También en el Sínodo pasado planteé esta pregunta, pero no se ha encontrado respuesta. También realice otra pregunta sobre la concelebración en masa: porque si concelebran, por ejemplo, mil sacerdotes, no se saben si continua dándose la estructura querida por el Señor. Pero en todo caso son preguntas. Y así se ha presentado la dificultad de participar en una celebración de masa durante la cual no es posible que todos participen de la misma manera. Se debe pues elegir cierto estilo, para conservar esa dignidad que siempre es necesaria en la Eucaristía, y la comunidad no es uniforme y la experiencia de participación en el acontecimiento es diferente; para algunos es ciertamente insuficiente… Pero me parece que también aquí, sabiendo que es la Eucaristía, aunque no se tenga la posibilidad de una actividad exterior como sería de desear para sentirse copartícipes, se entra con el corazón, como dice el antiguo imperativo de la Iglesia, creado precisamente para los que estaban detrás en la basílica: "¡Levantemos el corazón! Así todos salimos de nosotros mismos, todos estamos con el Señor y estamos juntos". Como he dicho, no niego el problema, pero si seguimos realmente esta palabra " Levantemos el corazón" encontraremos todos en nuestros corazones, aún en situaciones difíciles y a veces discutibles, la verdadera participación activa"

Obediencia y libertad
"Ciertamente es voluntad fundamental de la nueva pastoral indicada por el Concilio Vaticano II… descubrir que sólo puedo salvar mi alma entregándola, como nos ha dicho hoy en el Evangelio el Señor; sólo liberándome de mí, saliendo de mí; cómo ha hecho Dios en el Hijo que salió de si mismo para salvarnos. Y nosotros entramos en este movimiento del Hijo, intentamos salir de nosotros mismos porque sabemos dónde llegar. Y no caemos en el vacío, sino que nos abandonamos, entregándonos al Señor, saliendo, poniéndonos a su disposición, como El quiere y no como pensamos nosotros. Esta es la verdadera obediencia cristiana, que es libertad: no como a mi me gustaría, con mi proyecto de vida, sino poniéndome a su disposición, porque Él cuente conmigo. Y poniéndome en sus manos soy libre. Pero es un gran salto que nunca se realiza de forma definitiva… Sólo yendo con el Señor, abandonándose en la comunión de la Iglesia, abriéndose, no viviendo para mí, buscando bien una vida terrenal feliz, o tan solo una bienaventuranza personal, sino convirtiéndome en instrumento de su paz, vivo bien y aprendo este coraje ante los desafíos de cada día, siempre nuevos y graves, a menudo casi irrealizables".

Educación ética
"La cuestión debe siempre ser: ¿qué es lo esencial? ¿qué cosa debemos descubrir? ¿qué es lo que querría dar? Y aquí siempre repito: lo esencial es Dios. Si no hablamos de Dios, si hacemos que se descubra a Dios, nos quedamos siempre en cosas secundarias. Por tanto, me parece fundamental que al menos nazca la pregunta: ¿existe Dios? Y ¿cómo podría vivir sin Dios? ¿Es Dios realmente una realidad importante para mí? Siempre me ha impresionado que el Vaticano I quisiera precisamente abrazar este diálogo, entender con la razón a Dios… puede ser este un punto de unión: aprender y hacer comprensible la importancia para la convivencia humana de esta ética racional, que luego se abre interiormente - si se vive con todas sus consecuencias - a la pregunta de Dios, a la responsabilidad ante Dios… Por lo tanto me parece que, por una parte, debemos tener claro nosotros mismos qué es lo esencial que queremos y debemos transmitir a los otros, y cuáles son los preámbulos en las situaciones en las que podemos dar los primeros pasos: ciertamente en nuestro mundo de hoy una primera educación ética es un paso fundamental… Por tanto yo diría que debemos hacer quizás una interacción entre educación ética - hoy tan importante - por una parte, y al mismo tiempo no omitir la cuestión de Dios. Con esta unión de dos caminos me parece que quizás logremos un poco abrirnos a ese Dios que es el único que puede dar la luz.

Escuela
“Me parece muy importante que la Iglesia también esté presente en la escuela, porque una educación que no sea al mismo tiempo también educación con Dios y presencia de Dios, una educación que no transmita los grandes valores éticos que han aparecido a la luz de Cristo, no es educación. No basta tan sólo una formación profesional sin formación del corazón. Y el corazón no puede ser formado sin al menos el desafío de la presencia de Dios… Hagamos que en este variado ambiente de la escuela - dónde hay desde creyentes hasta las situaciones más tristes - esté presente la Palabra de Dios… Este imperativo del Señor - se debe anunciar a todos el Evangelio - no es un imperativo diacrónico, no es un imperativo continental, sino que es un imperativo interior, en el sentido de entrar en los diversos matices y dimensiones de una sociedad, para dar al menos un poco de la luz del Evangelio; que realmente se anuncie a todos el Evangelio. Y me parece que constituye también hoy un aspecto de la formación cultural. Conocer que es la fe cristiana que ha formado este continente y que es una luz por todos los continentes".

Diálogo
"… este conjunto de un diálogo, de una convivencia respetuosa, respetándose los unos a los otros, aceptándose los unos a los otros, tal como son, en su comunión. Y al mismo tiempo la presencia del cristianismo, de la fe cristiana como punto de referencia a la que todos pueden dirigir su mirada como un fermento que, en el respeto de las libertades, es sin embargo una luz para todos y nos une precisamente en el respeto de las diferencias. Esperemos que el Señor nos ayude siempre en este sentido a aceptar al otro en la alteridad, a respetarlo y a hacer presente a Cristo en el gesto del amor, que es la verdadera expresión de su presencia y su palabra. Y nos ayude así a ser realmente ministros de Cristo y de su salvación por el mundo". (2 - fin) (S.L) (Agencia Fides 13/2/2008; Líneas. 84 Palabras: 1175)


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