AMERICA/CHILE - La Iglesia Católica empeñada en la lucha contra la droga: el sufrimiento producido por el consumo de drogas, es un fenómeno social que se expresa en personas concretas, y que corresponde a manifestaciones de las “nuevas pobrezas”

jueves, 6 diciembre 2007

Santiago (Agencia Fides) - “Es por amor a Jesucristo que estamos llamados a realizar una labor de prevención”, dijo Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, al participar en el primer encuentro entre el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace) y representantes del mundo cristiano que tuvo lugar este miércoles 5 de diciembre, con el objetivo de potenciar el trabajo que hace la Iglesia Católica y las iglesias cristianas para prevenir el consumo de drogas, especialmente entre los jóvenes. En el encuentro asistieron 200 profesionales que trabajan en el tema, además de expertos de la Iglesia Católica, como la Pastoral Nacional de Alcohol y Drogas dependiente de la Conferencia Episcopal de Chile y de las iglesias evangélicas. Con el encuentro se buscaba crear un decálogo de buenas prácticas para el trabajo en el control del consumo de estupefacientes.
La Iglesia Católica desde hace ya tiempo está empeñada en este campo para prevenir el consumo de drogas sobre todo entre los jóvenes En el Mensaje, que publicaron los Obispos titulado “Hacía un Bicentenario libre del flagelo de la droga”, recordando el bicentenario de la independencia del país, constatan que “el problema de las drogas afecta a muchísimas personas, familias y barrios en el Chile de hoy”, situación que desafía a la Iglesia a “a buscar respuestas más efectivas, teniendo siempre como norte y fin último a la persona” (ver Fides 26/9/2006).
Según afirmó Mons. Cristian en su intervención titulada “Volver a vivir’ después de la droga”, para la Iglesia “el sufrimiento producido por el consumo de drogas, más que un problema individual, es un fenómeno social que se expresa en personas concretas, y que corresponde a manifestaciones de las “nuevas pobrezas” de las que el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia nos invita a hacernos cargo”. También el Documento conclusivo de Aparecida se indica que el problema de la droga es “como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras, ni geográficas ni humanas. Ataca por igual a países ricos y pobres, a niños, jóvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres”. Por ello, continua el Obispo, la Iglesia católica ha asumido “desde hace décadas como una de sus tareas propias el acompañamiento a personas, familias y comunidades afectadas por este flagelo”.
Señala a continuación las tres direcciones en las que trabaja la Iglesia católica en este campo: prevención, acompañamiento y apoyo de las políticas gubernamentales para enfrentar esta pandemia. “En el campo de la prevención - explica Mons. Cristián - insistimos en la educación en valores para las nuevas generaciones, especialmente el valor de la vida y del amor, la propia responsabilidad y la dignidad humana de los hijos de Dios. En el acompañamiento, la Iglesia está al lado del drogadicto y su entorno para ayudarle a recuperar su dignidad y vencer esta enfermedad. En el apoyo a la erradicación de la droga, la Iglesia no deja de denunciar la criminalidad sin nombre de los narcotraficantes que comercian con tantas vidas humanas, teniendo como meta el lucro y la violencia en sus más bajas expresiones”.
Concluye el Obispo manifestando el pleno apoyo de la Iglesia a todas las iniciativas que , en este sentido, se realizan desde el Estado, la sociedad civil y las iglesias cristianas por acompañar a las personas que sufren la droga. (RG) (Agencia Fides 6/11/2007 Líneas: 42 Palabras: 590)


Compartir: