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Seúl (Agencia Fides)- El Cardenal Gaudencio Rosales, Arzobispo de Manila, ha visitado en los días pasados Corea del Sur para celebrar el 15º aniversario de la constitución oficial de la comunidad de los migrantes filipinos en Corea. El Cardenal se reunió con diversas comunidades filipinas en Seúl y en otras ciudades coreanas, por invitación de la Comisión Pastoral para el Trabajo de la Arquidiócesis de Seúl y celebró una Santa Misa en Seúl con la presencia de más de 3.000 migrantes filipinos.
En su homilía en Cardenal destacó: “La Iglesia Católica en Corea tiene una estrecha relación con la Iglesia filipina”, gracias también a la experiencia de mártires que han marcado el camino de ambas iglesias. El Arzobispo de Manila invitó a los filipinos en Corea a realizar todo esfuerzo posible “para conocer la tradición y la historia de la Iglesia Católica en Corea”. Mons. Rosales dirigió un agradecimiento especial a individuos, instituciones y organizaciones católicas coreanas que se han activa para la acogida, la solidaridad y la asistencia a las comunidades filipinas presentes en tierra coreana.
La Iglesia coreana se ha siempre comprometido por defender los derechos y la dignidad de los refugiados y de los migrantes, gracias también a la sensibilización frente a las iniciativas promovidas por la Comisión Episcopal para el Cuidado de los Migrantes y de los Itinerantes, en seno a la Conferencia Episcopal, que ha exhortado a los fieles en Corea a ser un buen ejemplo de acogida en relación a los migrantes y refugiados.
En particular la Arquidiócesis de Seúl instituyó en 1992 la Comisión para la Pastoral Social y del Trabajo que, a través de un grupo de 20 personas, anima y sigue a nivel pastoral las comunidades china, vietnamita, filipina, tailandesa, mongola y latinoamericana. Existen además diversas Órdenes religiosas como los Salesianos, Dominicos y Verbitas, comprometidos con el cuidado de los migrantes.
Según las estimas existentes, el fenómeno de la migración en Corea abraza a más de un millón de personas y más de 160 mil “familias mixtas”, con diversas culturas y nacionalidades, presentes en Corea.
La comunidad católica coreana se está también ocupando, en particular, del problema de las mujeres migrantes a Corea del Sur desde otros países del Asia, víctimas de la prostitución o de abusos y violencia doméstica, instituyendo numerosos Centros para la Pastoral de los Migrantes y Casa de Acogida. (PA) (Agencia Fides 5/10/2007; líneas 32, palabras 414)
