VATICANO - El Papa Benedicto XVI en la Basílica Ostiense: “También hoy Cristo necesita apóstoles dispuestos a sacrificarse. Necesita testigos y mártires como San Pablo… Dedicaremos al Apóstol Pablo un año jubilar del 28 de junio del 2008 al 29 de junio del 2009, con ocasión de los dos mil años de su nacimiento”

sábado, 30 junio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “En estas Primeras Vísperas de las Solemnidad de los santos Pedro y Pablo recordamos gratamente a estos dos Apóstoles, cuya sangre, junto a la de aquellos de muchos otros testimonios del Evangelio, hicieron fecunda la Iglesia de Roma”. Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI inició su homilía durante la celebración de las Primeras Vísperas en la Basílica Ostiense de San Pablo Extramuros, el 28 de junio. En el rito estaban presentes también la Delegación del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, y los representantes de Bartolomé I, a los cuales el Papa dirigió un saludo especial.
“La tradición cristiana - dijo el Santo Padre - ha considerado a Pedro y Pablo inseparables el uno del otro, si bien tuvieron que desarrollar misiones distintas… En Roma el vínculo que acomuna Pedro y Pablo en la misión, asumió desde los primeros siglos un significado específico. Como la mítica pareja de los hermanos Rómulo y Remo, a los cuales se atribuía el nacimiento de Roma, así Pedro y Pablo fueron considerados los fundadores de la Iglesia de Roma... A pesar de ser tan distintos y que la relación que existía entre ambos no estaba exenta de tensiones, Pedro y Pablo aparecen como los iniciadores de una nueva ciudad, como concretización de un modo nuevo y auténtico de ser hermanos, posible gracias al Evangelio de Jesucristo.
Deteniéndose especialmente en la figura del Apóstol Pablo, el Papa recordó que él mismo se presentaba como “siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación” (Rm 1,1). Siervo indica una relación de total e incondicional pertenencia a Jesús, el Señor, elegido y llamado para una importante y específica misión. Es apóstol no por auto-candidatura ni por encargo humano, sino solamente por llamada y elección divina. De sus Cartas además sabemos que no era un hábil predicador, “¡el suceso de su apostolado - subrayó Benedicto XVI - depende sobre todo de una implicación personal para anunciar el Evangelio dedicándose totalmente a Cristo en cada situación; dedicación que no temía los riesgos, dificultades y persecuciones... De ésto podemos sacar una lección muy importante para cada cristiano. La acción de la Iglesia es creíble y eficaz sólo en la medida en la cual aquellos que forman parte de ella están disponibles a pagar personalmente su fidelidad a Cristo en cada situación... Así como en los inicios, también hoy Cristo necesita apóstoles disponibles a sacrificarse. Necesita de testimonios y mártires como san Pablo: un tiempo perseguidor violento de los cristianos, cuando en el camino a Damasco cae por tierra enceguecido por la luz divina, pasó sin vacilar del lado del Crucificado y lo siguió sin arrepentimiento. Vivió y trabajó por Cristo; por El sufrió y murió. Cuán actual es hoy su ejemplo!”.
Al final de su homilía, el Papa Benedicto XVI anunció el Año Paulino con estas palabras: “¡Tengo el placer de anunciar oficialmente que al apóstol Pablo dedicaremos un especial año jubilar del 28 de junio del 2008 al 29 de junio del 2009, con ocasión de los dos mil años de su nacimiento, colocada por los historiadores entre el 7 y el 10 d.C. Este “Año Paulino” podrá desarrollarse privilegiadamente en Roma, en donde desde hace veinte siglos se conserva bajo el altar papal de ésta Basílica el sarcófago, que por común parecer de los expertos y segura tradición conserva los restos del apóstol Pablo. En la Basílica Papal y en la antigua homónima Abadía Benedictina se podrán desarrollar una serie de eventos litúrgicos, culturales y ecuménicos, y varias iniciativas pastorales y sociales, todas inspiradas en la espiritualidad paulina. Además, una especial atención se podrá dar a los peregrinajes que, desde varias partes, querrán venir en forma penitencial a la tumba del Apóstol para encontrar bien espiritual. Asimismo serán numerosos los Congresos de estudio y publicaciones especiales sobre los textos paulinos, para hacer conocer mejor la inmensa riqueza de las enseñanzas que encierra, verdadero patrimonio de la humanidad redimida por Cristo. Asimismo, en cada parte del mundo, se podrán realizar análogas iniciativas en las Diócesis, en Santuarios, en lugares de culto por parte de Instituciones religiosas, de estudio y de asistencia, que llevan el nombre de Pablo o que se inspiran en su figura o a su enseñanza. En fin, hay un aspecto al cual se deberá prestar particular atención durante la celebración de los varios momentos de los dos mil años paulinos: me refiero a la dimensión ecuménica. El Apóstol de la gente, particularmente comprometido en llevar la Buena Noticia a todos los pueblos, se dedicó totalmente a la unidad y a la concordia de todos los cristianos. Quiera él conducirnos y protegernos en esta celebración de los dos mil años para progresar en la búsqueda humilde y sincera de la plena unidad de todos los miembros de Cristo Amén!”. (S.L.) (Agencia Fides 30/6/2007, Líneas: Palabras:)


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