VATICANO - “Frente a la secularización, la proliferación de las sectas y la indigencia de tantos hermanos, es apremiante formar comunidades unidas en la fe, como la Sagrada Familia de Nazaret”: Papa Benedicto XVI al Consejo de Administración de la Fundación

viernes, 15 junio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Desde hace quince años, cuando mi amado predecesor Juan Pablo II erigió la Fundación “Populorum Progressio” confiándola a la responsabilidad del Consejo Pontificio Cor Unum, ésta se ha dedicado a promover la misión de la Iglesia sosteniendo iniciativas específicas en favor de las poblaciones indígenas, campesinas y afroamericanas de los Países latinoamericanos y caribeños... La Fundación es fruto de la gran sensibilidad que Juan Pablo II demostraba por los hombres y mujeres que más sufren en nuestra sociedad. Este trabajo, emprendido hace quince años, debe continuar siguiendo los principios que han distinguido su empeño en favor de la dignidad de todo ser humano y de la lucha contra la pobreza”. Lo ha afirmado el Santo Padre Benedicto XVI recibiendo en audiencia, el 14 de junio, a los participantes a la reunión del Consejo de Administración de la Fundación Autónoma Ponficia “Popolorum Pregressio” para América Latina.
En su discurso el Santo Padre ha subrayado particularmente dos características de la Fundación: “En primer lugar, el desarrollo de los pueblos debe tener como principio pastoral una visión antropológica global de la persona humana, mientras que la segunda característica está constituída por la “ejemplaridad del método de trabajo de la Fundación, modelo para toda estructura de ayuda”. Citando la Encíclica de Pablo VI “Populorum Progressio”, el Papa ha puesto en evidencia como la promoción integral “tiene cuenta del aspecto social y material de la vida, así como el anuncio de fe, la cual da al hombre el sentido pleno de su ser. A menudo, la verdadera pobreza del hombre es la falta de esperanza, la ausencia de un Padre que dé sentido a la propia existencia”
La Iglesia en América Latina afronta enormes desafíos, ha afirmado Benedicto XVI recordando su reciente viaje a Brasil, “pero al mismo tiempo es la “Iglesia de la esperanza”, que siente la necesidad de luchar en favor de la dignidad de todo hombre, de una verdadera justicia y contra la miseria de nuestros semejantes. América Latina es una parte del mundo, rica por sus recursos naturales, donde las diferencias en el nivel de vida deben dar paso a ese espíritu de compartir los bienes, como se manifiesta en la conversión y posterior actitud de Zaqueo, el publicano del Evangelio.
Al final de su discurso el Santo Padre ha recomendado: “Frente a la secularización, la proliferación de las sectas y la indigencia de tantos hermanos, es apremiante formar comunidades unidas en la fe, como la Sagrada Familia de Nazaret, en las que el testimonio alegre de quien se ha encontrado con el Señor sea la luz que ilumine a quienes están buscando una vida más digna. ” (S.L.) (Agenzia Fides 15/6/2007 - Líneas: 34 Palabras: 481 )


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