VATICANO - Clemente de Alejandría "sigue marcando con decisión el camino de quien quiere ‘dar razón’ de su fe en Jesucristo. Puede servir de ejemplo a los cristianos, a los catequistas y a los teólogos de nuestro tiempo": la catequesis del Papa en la audiencia general

viernes, 20 abril 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Después de haber hablado de los Doce Apóstoles y luego de sus discípulos, el Papa Benedicto XVI está continuando su catequesis durante la audiencia general del miércoles, centrándose en las grandes personalidades de la Iglesia naciente. Durante la audiencia del miércoles 18 de abril, en la plaza de San Pedro, el Papa ha hablado del gran teólogo Clemente de Alejandría, nacido probablemente en Atenas en torno a la mitad del segundo siglo. "De Atenas heredó un agudo interés por la filosofía, que haría de él uno de los impulsores del diálogo entre fe y razón en la tradición cristiana" ha subrayado Benedicto XVI recordando que Clemente, todavía joven, llegó a Alejandría, dónde fue discípulo de Panteno, hasta sucederle en la dirección de la escuela catequética. Numerosas fuentes certifican que fue ordenado presbítero. Durante la persecución del 202-203 dejó Alejandría para ampararse en Cesárea, en Capadocia, dónde murió hacia el 215. Las obras más importantes que nos quedan de él son tres: el Protréptico, el Pedagogo y los Stromata.
"En su conjunto, la catequesis de Clemente - ha explicado el Santo Padre - acompaña paso a paso el camino del catecúmeno y del bautizado para que, con las dos «alas» de la fe y de la razón, llegue a un conocimiento de la Verdad, que es Jesucristo, el Verbo de Dios. Sólo el conocimiento de la persona que es la verdad es la “auténtica gnosis”, la expresión griega que quiere decir ‘conocimiento’, ‘inteligencia’. Es el edificio construido por la razón bajo el impulso de un principio sobrenatural. La misma fe constituye la auténtica filosofía, es decir, la auténtica conversión al camino que hay que tomar en la vida.… El conocimiento de Cristo no es sólo pensamiento, sino que es amor que abre los ojos, transforma al hombre y crea comunión con el ‘Logos’, con el Verbo divino que es verdad y vida. En esta comunión, que es el perfecto conocimiento y es amor, el perfecto cristiano alcanza la contemplación, la unificación con Dios”.
El Papa ha subrayado después que Clemente retoma la doctrina de que el objetivo último del hombre es ser semejante a Dios: “Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, pero esto es también un desafío, un camino; de hecho, el objetivo de la vida, el destino último consiste verdaderamente en hacerse semejantes a Dios. Esto es posible gracias a la connaturalidad con Él, que el hombre ha recibido en el momento de la creación, motivo por el cual de por sí ya es imagen de Dios. Esta connaturalidad permite conocer las realidades divinas a las que el hombre adhiere ante todo por la fe y, a través de la vivencia de la fe, de la práctica de las virtudes, puede crecer hasta llegar a la contemplación de Dios". En el camino de la perfección Clemente atribuye al requisito moral la misma importancia que la intelectual: " Los dos van juntos porque no es posible conocer sin vivir y no se puede vivir sin conocer. No es posible asemejarse a Dios y contemplarle simplemente con el conocimiento racional: para lograr este objetivo se necesita una vida según el «Logos», una vida según la verdad. Y, por tanto, las buenas obras tienen que acompañar el conocimiento intelectual, como la sombra acompaña al cuerpo”.
El ideal ético de la filosofía antigua, es decir la liberación de las pasiones, es redefinida y conjugado por Clemente con el amor, en el proceso incesante de asimilación a Dios. Así él construye "la segunda gran ocasión de diálogo entre el anuncio cristiano y la filosofía griega". Como Juan Pablo II escribió en la Encíclica ‘Fides et ratio’, "Clemente de Alejandría llega a interpretar la filosofía como «una instrucción propedéutica a la fe cristiana (n. 38). Y, de hecho, Clemente llegó a afirmar que Dios habría dado la filosofía a los griegos «como un Testamento propio para ellos» (Stromata 6, 8, 67, 1). Para él la tradición filosófica griega, casi como sucede con la Ley para los judíos, es el ámbito de «revelación», son dos corrientes que en definitiva se dirigen hacia el mismo Logos. Clemente sigue marcando con decisión el camino de quien quiere ‘dar razón’ de su fe en Jesucristo. Puede servir de ejemplo a los cristianos, a los catequistas y a los teólogos de nuestro tiempo” (S.L) (Agencia Fides 20/4/2007 - Líneas: 50 Palabras: 767)


Compartir: