AFRICA/MOZAMBIQUE - Orioninos brasileños misioneros en Mozambique: también los pobres de la periferia de Maputo recogen "el diezmo" para contribuir a la vida de su comunidad y de los sacerdotes

miércoles, 14 febrero 2007

Maputo (Agencia Fides) - A casi cuatro años de la llegada de los primeros misioneros Orioninos en Mozambique, el Director general de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, don Flavio Peloso, ha realizado una visita pastoral en el país africano. A los primeros religiosos orioninos, Padre José Geraldo da Silva y Padre Suvenir Miotelli, que llegaron a Mozambique el 21 de marzo del 2003, fue confiada la parroquia de Bagamoyo (20.000 habitantes en un área de 2 km2), una periferia pobre de la capital Maputo, dónde ya había una iglesia, sencilla y espaciosa. Actualmente la comunidad orionina está formado por el P. José Geraldo da Silva, superior y parroco, P. Getulio Pereira de Silva y P. Renato Scano de 35, 51 y 77 años, y han venido desde Brasil. "La Parroquia quedó constituida hace tres años, pero ya está bien organizada y articulada en 'núcleos de familias', con varias actividades y grupos - cuenta don Flavio Peloso en una relación sobre su visita enviada a la Agencia Fides -. Me he reunido con el consejo pastoral, y me han dicho: "Os agradecemos porque vosotros, que sois blancos y estáis bien en otro lugar, habéis venido a vivir con nosotros". también me han pedido que agradezca a los bienhechores que están ayudando la misión. Pero también están orgullosos de hablarme de la pastoral del "diezmo" (la décima) que les permite a ellos, que son pobres, juntar dinero para proveer a su comunidad y a su iglesia. Me enseñan los bancos de la iglesia: “los hemos encargado con nuestro dinero" dicen con orgullo. Y consiguen también dar una pequeña suma a los sacerdotes.
La historia reciente de esta nación ha estado marcada por un largo período de guerra y guerrilla, iniciado en 1962 con la lucha por la independencia de Portugal, y concluido en 1992. Entre los trágicos hechos de estos 30 años se encuentra también la confiscación de los bienes de muchas instituciones eclesiásticas y el hecho de que numerosas congregaciones religiosas fueron obligadas a abandonar el país. La gente ha sufrido mucho y continua todavía sufriendo las consecuencias. Muchos han sido los muertos, tantas las infraestructuras destrozadas, las carreteras y las aldeas plagadas de minas, que todavía hoy continúan provocando víctimas. La inmensa mayoría de la población, cerca de 20 millones de habitantes, viven en la pobreza absoluta.
"Creo que actualmente en la congregación no haya una comunidad que viva más pobremente que la que he encontrado en Bagamoyo - continúa don Flavio Peloso-. Hay dos modestas salas parroquiales al lado de la iglesia. Una la han subdividido con aglomerado y de ella han sacado tres minúsculas habitaciones, una cocinilla y un baño. Nuestros sacerdotes han plantado un pozo y han puesto un lavabo delante de su casita. Un tarde estaba sentado mirándolo y vi la procesión a ese grifo. Venían sobre todo mujeres con recipientes no muy grandes Y luego, llegaban niños y adultos que cogían el vaso de plástico atado con un hilo al grifo, lo ponían debajo el grifo y sólo después de esta operación abrían el grifo para que cayera el agua, y lo cerraban puntualmente antes que el vaso estuviera lleno. No se desperdiciaba ni una sola gota de agua. En este clima de sencillez, de generosidad y de familiaridad creado alrededor de estos tres hermanos venidos de Brasil, no me asombré cuando me dijeron que en las dos Misas dominicales había unas 1.200 personas. El día de Reyes comprobé que - dentro y fuera - en la Misa estaban presentes al menos un millar de personas. Había 40 grados, pero la iglesia estaba llena de gente una hora antes del inicio. Cuatro horas de celebración, de las 8 a las 12, sin un momento de bajada de tono de la liturgia, bien celebrada, cantada, participada. El Padre Renato celebraba en ese día el 50° aniversario de su ordenación sacerdotal, él, un brasileño en Mozambique, hijo de padre sardo y madre negra. La abuela le recordaba el tiempo de la esclavitud. Ahora él ha ido a África, a ayudar a estos hermanos y a llevarles la libertad de los hijos de Dios." (S.L) (Agencia Fides 14/2/2007; Líneas: 47 Palabras: 716)


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