VATICANO - El Mensaje de Navidad del Santo Padre Benedicto XVI: "Dios se ha hecho hombre en Jesucristo; ha nacido de la Virgen María y renace hoy en la Iglesia. Él es quien lleva a todos el amor del Padre celestial. ¡Él es el Salvador del mundo! No temáis, abridle el corazón, acogedlo, para que su Reino de amor y de paz se convierta en herencia común de todos"

jueves, 28 diciembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - A las horas 12 del lunes 25 de diciembre, Solemnidad de la Natividad del Señor, el Santo Padre Benedicto XVI se ha asomado al balcón central de la Basílica Vaticana para dar su Mensaje de Navidad e impartir la Bendición Urbi et Orbi. “¡Nuestro Salvador ha nacido en el mundo!” ha dicho el Papa al inicio del Mensaje. Esta noche, una vez más, hemos escuchado en nuestras Iglesias este anuncio que, a través de los siglos, conserva inalterado su frescor… Pero, ¿tiene todavía valor y sentido un "Salvador" para el hombre del tercer milenio? ¿Es aún necesario un "Salvador" para el hombre que ha alcanzado la Luna y Marte, y se dispone a conquistar el universo; para el hombre que investiga sin límites los secretos de la naturaleza y logra descifrar hasta los fascinantes códigos del genoma humano? ¿Necesita un Salvador el hombre que ha inventado la comunicación interactiva, que navega en el océano virtual de Internet y que, gracias a las más modernas y avanzadas tecnologías mediáticas, ha convertido la Tierra, esta gran casa común, en una pequeña aldea global?”
Aunque el hombre de nuestro tiempo se presente como "artífice autosuficiente y seguro de la propia suerte", ha continuado el Papa, “Se muere todavía de hambre y de sed, de enfermedad y de pobreza en este tiempo de abundancia y de consumismo desenfrenado. Todavía hay quienes están esclavizados, explotados y ofendidos en su dignidad, quienes son víctimas del odio racial y religioso, y se ven impedidos de profesar libremente su fe por intolerancias y discriminaciones, por ingerencias políticas y coacciones físicas o morales. Hay quienes ven su cuerpo y el de los propios seres queridos, especialmente niños, destrozado por el uso de las armas, por el terrorismo y por cualquier tipo de violencia … ¿Qué se puede decir de quienes, sin esperanza, se ven obligados a dejar su casa y su patria para buscar en otros lugares condiciones de vida dignas del hombre? El Santo Padre ha citado también a quienes son engañados "por fáciles profetas de felicidad", a quienes acaban esclavizados por el alcohol o la droga, a quien "elige la muerte creyendo que ensalza la vida".
"¿Cómo no darse cuenta - ha continuado el Papa - de que, precisamente desde el fondo de esta humanidad placentera y desesperada, surge una desgarradora petición de ayuda? Es Navidad: hoy entra en el mundo "la luz verdadera, que alumbra a todo hombre"... Hoy, justo hoy, Cristo viene de nuevo "entre los suyos"… Hoy, también hoy, "nuestro Salvador ha nacido en el mundo", porque sabe que lo necesitamos. A pesar de tantas formas de progreso, el ser humano es el mismo de siempre: una libertad tensa entre bien y mal, entre vida y muerte.... Y en la época actual postmoderna necesita quizás aún más un Salvador, porque la sociedad en la que vive se ha vuelto más compleja y se han hecho más insidiosas las amenazas para su integridad personal y moral. ¿Quién puede defenderlo sino Aquél que lo ama hasta sacrificar en la cruz a su Hijo unigénito como Salvador del mundo?”
"Cristo es también el Salvador del hombre de hoy" ha recordado el Papa, dirigiendo su pensamiento a las zonas del mundo más atormentadas: la región del Medio Oriente, las signos de reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos, Líbano, Irak, Sri Lanka, Darfur, sin olvidar los focos de guerra y tensión en todo África, Europa así como en América Latina. "Salvator noster": "Ésta es nuestra esperanza; este es el anuncio que la Iglesia hace resonar también en esta Navidad." ha concluido el Santo Padre, "Cristo viene a destruir solamente el mal, sólo el pecado; lo demás, todo lo demás, lo eleva y perfecciona. Cristo no nos pone a salvo de nuestra humanidad, sino a través de ella; no nos salva del mundo, sino que ha venido al mundo para que el mundo se salve por medio de Él". Después del Mensaje de Navidad, el Santo Padre Benedicto XVI ha enviado la felicitación navideña en 62 lenguas. (S.L) (Agencia Fides 28/12/2006 - Líneas: Palabras:


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