VATICANO - Es necesario dar una respuesta a tantos enfermos "con intervenciones concretas, que favorezcan la proximidad del enfermo, la evangelización de la cultura e inspiren los programas económicos y políticos de los gobiernos": exhortación del Papa Benedicto XVI en la Conferencia promovida por el Consejo Pontificio para la pastoral de los Agentes Sanitarios

sábado, 25 noviembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre Benedicto XVI ha definido como "impresionante" tanto el número como la variedad de modos con que las enfermedades infecciosas continúan amenazando hoy la vida humana. "Términos como lepra, peste, tuberculosis, SIDA, Ébola evocan dramáticos escenarios de dolor y miedo" ha dicho al Papa. La persistencia de las enfermedades infecciosas, a pesar de los progresos de la ciencia y la tecnología médica, aún poniendo de relieve "los límites inevitables de la condición humana", no debe sin embargo, hacer que el hombre se rinda "en la búsqueda de medios y modalidades de intervención más eficaz para combatir estos males y reducir los sufrimientos de las víctimas de las mismas".
Recibiendo en audiencia, el viernes 24 de noviembre, a los participantes de la XXI Conferencia Internacional promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Agentes Sanitarios sobre el tema: "Los aspectos pastorales del tratamiento de las enfermedades infecciosas", el Santo Padre ha recordado a las "filas de hombres y mujeres" que han puesto a disposición de los enfermos su competencia y generosidad, entre ellas tantas personas consagradas que han llegado incluso al sacrificio de la propia vida. Sin embargo no se pueden olvidar "a tantos enfermos obligados a vivir segregados, y a veces marcados por un estigma que los humilla", cuya situación se agravada ulteriormente por la disparidad de las condiciones sociales y económicas entre el Norte y el Sur del mundo. Frente a ellas “es importante responder con medidas concretas - ha dicho el Santo Padre - que favorezcan la proximidad del enfermo, la evangelización de la cultura e inspiren los programas económicos y políticos de los gobiernos”.
La Comunidad eclesial está llamada en primer lugar a la proximidad respecto al enfermo afectado por enfermedades infecciosas, siguiendo el ejemplo de Cristo que "rompiendo con las prescripciones del tiempo, no sólo se dejaba que los leprosos se acercaran sino que les restableció la salud y su dignidad de personas". Muchos de sus discípulos durante más de dos mil años de historia cristiana lo han imitado, y el Papa Benedicto XVI ha recordado el beso al leproso de Francisco de Asís, el beato Damián De Veuster, que murió en la isla de Molokai mientras asistía a los leprosos, la beata Teresa de Calcuta, las religiosas italianas que murieron por el virus del Ébola y tantos promotores de iniciativas a favor de los enfermos, sobre todo en los Países en desarrollo. "Por medio del ejercicio de la caridad con el que sufre - ha continuado el Papa -, sean visibles los valores inspirados en una auténtica humanidad y en el Evangelio: la dignidad de la persona, la misericordia, la identificación de Cristo con el enfermo. Todo cuidado es insuficiente si no hace perceptible el amor por el ser humano, un amor que se nutre del encuentro con Cristo".
Luego el Papa ha subrayado como "entre los prejuicios que obstaculizan o limitan una ayuda eficaz a las víctimas de enfermedades infecciosas está la actitud de indiferencia e incluso de exclusión y rechazo respecto a estos enfermos, que emerge a veces en la sociedad del bienestar", favorecido por los medios de comunicación que presentan a hombres y mujeres predominantemente "preocupados por la belleza física, la salud y la vitalidad biológica". Dicha tendencia lleva " lleva al egocentrismo, a cerrarse en el propio pequeño mundo, a huir del compromiso de servir a quien lo necesita”. Es por tanto necesaria "una pastoral capaz de sostener a los enfermos cuando afrontan el sufrimiento, ayudándoles a transformar la propia condición en un momento de gracia para sí y para los demás, a través de una viva participación en el misterio de Cristo". Por último, el Papa Benedicto XVI ha recordado de nuevo la necesidad de establecer una profunda colaboración con las diversas instancias públicas, "para que se aplique la justicia social en un delicado sector como el del cuidado y la asistencia a las personas con enfermedades infecciosas". (S.L) (Agencia Fides 25/11/2006 - Líneas: palabras:


Compartir: