VATICANO - El Presidente de la Conferencia Episcopal italiana, Card. Camillo Ruini: "Como Obispos italianos expresamos al Papa nuestra total cercanía y solidaridad e intensificamos nuestra oración por él, por la Iglesia, por la libertad religiosa, por el diálogo y la amistad entre las religiones y los pueblos"

martes, 19 septiembre 2006

Roma (Agencia Fides) - Al abrir los trabajos del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal italiana, la tarde del lunes 18 de septiembre, el Card. Camillo Ruini, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ha presentado una amplia panorámica de los recientes acontecimientos internacionales más significativos. Saludando con profundo cariño al Santo Padre, Benedicto XVI, el Card. Ruini ha subrayado la importancia de la "lección" que tuvo el Papa en la universidad de Regensburg, en la que "pudo no sólo proponer sino argumentar la verdad, validez y actualidad del cristianismo por medio de una gran descripción teológica, y al mismo tiempo histórica y filosófica", expresando sorpresa y dolor ya que "algunas de las afirmaciones que contenía hayan sido mal entendidas hasta el punto de ser interpretadas como una ofensa a la religión islámica y llevar incluso a actos de intimidación y a reprobables amenazas… mientras que Papa, por el contrario, se proponía favorecer "un verdadero diálogo de las culturas y las religiones" como se dijo en la misma lección". Proponemos el pasaje entero del discurso pronunciado por el Card. Ruini sobre este tema, dada su particular importancia para el mundo misionero.

"Saludamos con profundo afecto al Santo Padre, que acaba de regresar hace pocos días del viaje por su nativa Baviera, dónde ha anunciado y testimoniado con extraordinaria profundidad de reflexión y con persuasoria dulzura la fe en ese Dios en el que el hombre, su razón y su libertad encuentran sus superior y auténtica plenitud. En particular, en la espléndida "lección" en la universidad de Regensburg, él pudo no solamente proponer sino argumentar la verdad, validez y actualidad del cristianismo por medio de una descripción teológica, y al mismo tiempo histórica y filosófica, capaz de hacer emerger la unión esencial entre la razón humana y la fe en el Dios que es Logos, enseñando que esta unión no pertenece sólo al pasado sino que abre hoy grandes perspectivas a nuestro deseo de conocer y vivir una vida plena y libre. Esta lección, junto a la encíclica Deus caritas est y al discurso de felicitación a la Curia romana del 22 de diciembre, ofrece las coordenadas fundamentales del mensaje que el Papa va proponiendo: debemos pues meditarlo y asimilarlo en profundidad, ya en el contexto del Congreso que nos espera en Verona. Suscita sorpresa y dolor que algunas afirmaciones del mismo hayan sido mal entendidas hasta el punto de ser interpretadas como una ofensa a la religión islámica y llevar incluso a actos de intimidación y a reprobables amenazas - quizás incluso a ofrecer un pretexto por el abominable asesinato de Sor Leonella Sgorbati ayer en Mogadishu -, mientras que Papa, por el contrario, se proponía favorecer "un verdadero diálogo de las culturas y las religiones- un diálogo del que tenemos urgente necesidad", como se dijo en la misma lección y como el Cardenal Secretario de Estado precisó felizmente en su declaración del pasado sábado, y que hizo propia el Santo Padre en el ángelus de ayer. Como Obispos italianos, expresamos al Papa nuestra total cercanía y solidaridad e intensificamos nuestra oración por él, por la Iglesia, por la libertad religiosa, por el diálogo y la amistad entre las religiones y entre los pueblos. Deploramos por el contrario, aquellas interpretaciones, que no faltan también en nuestro País, que atribuyen al Santo Padre una responsabilidad de la que carece en absoluto o errores que no ha cometido y pretenden golpear su persona y su ministerio.
El entusiasmo con que Baviera y toda Alemania han circundado a Benedicto XVI confirma que la figura de este Papa tiene una eficacia profunda para abrir una nueva fase, de renovado interés, confianza y adhesión hacia el cristianismo y la Iglesia por parte del pueblo alemán y del tipo de cultura que lo caracteriza. También aunque en un contexto ciertamente diferente como el de Polonia, la visita realizada por el Santo Padre a finales mayo tuvo una acogida cariñosa y entusiasta. En particular en Cracovia se manifestó en toda su fuerza la unión que une a Benedicto XVI con Juan Pablo II y en el discurso pronunciado en Birkenau expresó con extrema sinceridad y profundidad el trabajo del hombre creyente frente al misterio y al abismo de la culpa y del sufrimiento, que sólo el amor puede redimir". (Agencia Fides 19/9/2006; Líneas: 53 palabras: 758)


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