AFRICA/CONGO RD - “Bien la rendición de Gedeón, pero es necesario hacer algo más para alcanzar la paz definitiva en la provincia” afirman los superiores de las Congregaciones religiosas de Katanga

jueves, 22 junio 2006

Kinshasa (Agencia Fides) - Los superiores y las superioras de las Congregaciones religiosas que trabajan en la provincia de Katanga, en el sur-este de la República Democrática del Congo, se felicitan por la Misión de las Naciones Unidas en el Congo (MONUC) que ha conseguido la rendición del jefe de la guerrilla de la región, Mutanga, llamado Gedeón, el cual se entregó el mes de mayo pasado a los Cascos Azules de la ONU. En febrero los responsables de las órdenes religiosas de Katanga dirigieron un desesperado llamamiento para que la ONU y el Estado congolés intervinieran para poner fin a las violencias que asolaban la región (ver Fides 17 febrero 2006): “Una buena parte del Norte de Katanga huye al control del Estado, convirtiéndose en un territorio sin derecho y haciendo imposible la organización de las próximas elecciones en esta parte del país”, afirmaba el comunicado de febrero.
“Como respuesta a esta rendición, enviamos nuestro más vivo agradecimiento a la MONUC y a todos los organismos, locales e internacionales, que han contribuido en ello” se lee en el comunicado. “Este hecho ha suscitado un gran consuelo para la población, desde hace tanto tiempo atormentada por la violencia”. Sin embargo, los religiosos y las religiosas ponen en evidencia que quedan todavía problemas graves sin resolver.
En primer lugar, escriben los religiosos, “subsisten algunas dudas sobre la real voluntad de encarcelar a Mutanga y a los suyos y someterles a un justo proceso por los crímenes y violencias de los que se les acusa. Están dudas son alimentadas por la convicción que muchos tienen de que él ha gozado, y continúa gozando, de protección por parte de los círculos más altos del poder. Pedimos que el botín del bandido sea entregado al tesoro público”.
Los religiosos expresan además su preocupación por el regreso de los refugiados que tuvieron que abandonar sus aldeas a causa de las violencias de la banda de Mutanga, haciendo constar que sólo unas pocas personas aisladas han podido volver a sus casas: “La mayor parte de los refugiados lo han perdido todo y no pueden costearse los gastos de la vuelta a casa, sin ayuda y sin la seguridad de que no serán tratados correctamente por parte del ejército nacional”.
Para asegurar el regreso de los refugiados se pide que se consiga la rendición también de los últimos pertenecientes de las bandas criminales que no han sido capturados y se recuperen las armas abandonadas en la región. Más en general, los religiosos afirman su inquietud frente a la persistencia de grupos armados distribuidos en todo el país, que desde hace años siembran el terror entre la población civil”.
“Queda por tanto mucho por hacer todavía para traer la paz y la seguridad a territorios desde hace demasiado tiempo martirizados”, concluye el mensaje en el que se invita a las autoridades a tomar las siguientes disposiciones: procesar a Mutanga y a sus cómplices por crímenes de guerra; proceder al arresto de los demás jefes de la guerra que trabajan al este del Congo; continuar la ayuda de la comunidad internacional a las poblaciones golpeadas por la violencia; proporcionar salarios adecuados a los militares del ejército nacional para que no se transformen en desolladores de la población civil; hacer que todas las fuerzas políticas trabajen por la paz y la reconciliación nacional. (LM) (Agencia Fides 22/6/2006 Líneas: 43 Palabras: 596)


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