ASIA/COREA DEL SUR - Los obispos católicos: 80 años después de la división, que no se silencie el deseo del pueblo coreano de vivir juntos en “la casa común”

sábado, 9 agosto 2025 iglesias locales   Áreas de crisis   reconciliación   geopolítica  

Seúl (Agencia Fides) – “Apoyaremos y participaremos activamente en los intercambios con Corea del Norte basados en la cooperación y la reciprocidad. Uniremos fuerzas para trabajar junto con quienes desean que el Norte y el Sur vivan juntos en ‘la casa común’”.

Han pasado ochenta años desde la división de la península coreana que fue seguida por la masacre de la Guerra de Corea. En un mensaje preparado para la ocasión por la Comisión Especial para la Reconciliación Nacional de la Conferencia de Obispos Católicos Coreanos, la comunidad eclesial de Corea del Sur abraza el persistente y doloroso deseo de unidad de un pueblo hoy separado y sometido a dos gobiernos distintos. Un abrazo que también se expresa en la asunción de compromisos concretos.

El título del mensaje-documento retoma algunas palabras del Salmo 34: “Apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella”. La fecha que figura bajo el texto corresponde al 15 de agosto de 2025, Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, patrona de la Iglesia coreana. “Tras 35 años de sufrimiento durante el período colonial japonés”, reza el documento, “nuestra nación finalmente logró la liberación gracias a la providencia de Dios y a la protección de la Santísima Virgen María. Por desgracia, la alegría de la liberación duró poco, y la división que siguió sigue causando dolor hasta el día de hoy”.

La Comisión Especial para la Reconciliación Nacional de la Conferencia Episcopal Católica de Corea estableció el 25 de junio como la “Jornada de Oración por la Iglesia del Silencio” en 1965, posteriormente renombrado como “Jornada de Oración por la Reconciliación y la Unidad Nacional” en 1992. Cada año, en torno a esa fecha, abundan las iniciativas y misas para pedir “la curación de las heridas aún no curadas e interceder por la Iglesia del Norte”.

Si bien en la década de 1990 hubo momentos de progreso en el diálogo y la cooperación entre el Norte y el Sur, “la península de Corea se encontró nuevamente paralizada antes de que pudiéramos cultivar los campos con ‘arados y podaderas’”, explican los obispos en su mensaje. Gracias a “las Comisiones para la Reconciliación Nacional” establecidas en cada diócesis, la Iglesia de Corea —subraya el mensaje— ha empezado a brindar un apoyo amplio e integral a los habitantes de Corea del Norte que atraviesan dificultades debido a desastres naturales y problemas económicos, promoviendo activamente el intercambio a través del diálogo.

A imagen de Jesucristo, quien “obtuvo la verdadera paz sacrificándose”, la Iglesia está llamada a trabajar “para dejar un reino de paz a las generaciones futuras”, una paz que no surja “de subyugar a otros con las armas y la fuerza militar en un clima de desconfianza y odio”. Por último, los obispos invitan a los fieles a rezar para que la gracia de Dios sane el dolor de la división. En el presente Año Santo, que coincide con el octogésimo aniversario de la división, el mensaje invita a todos los coreanos a confiar en el amor y la gracia de Dios como “peregrinos de la esperanza”.

Se puede “esperar”, recuerda la Comisión, que “lo que no es posible según los intereses y la lógica del mundo sea posible según la voluntad de Dios”. Y si el Papa Francisco ha definido la Tierra, aunque herida y en peligro, como “la casa común” de la humanidad, del mismo modo, con motivo del ochenta aniversario de la división, los obispos se comprometen apartarse “del mal, obrar el bien, busca la paz y correr tras ella (Salmo 34,15) en la península coreana”.
(PR) (Agencia Fides 9/8/2025).


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