Laoag (Agencia Fides) - La Santa Sede ha otorgado el "nihil obstat" ("nada se opone") para iniciar el proceso de beatificación de una adolescente filipina, Niña Ruiz-Abad (1979-1993), quien a partir de ahora será llamada "Sierva de Dios".
La noticia ha sido difundida a través de una circular que se ha leído en todas las iglesias de la región de Ilocos Norte, generando una gran alegría entre los fieles. "¡Alégrense!", escribe el obispo de Laoag, Renato Mayugba, quien ya había recibido el pleno respaldo de la Conferencia Episcopal de Filipinas durante su asamblea de julio de 2023.
La diócesis de Laoag, de donde procedía la niña, iniciará una investigación local sobre la fama de santidad y las virtudes heroicas de Nina, según informa el obispo de Laoag, autoridad encargada de lanzar la fase diocesana de la causa de beatificación. Este proceso se abrirá oficialmente el 7 de abril, domingo de la Divina Misericordia, en la catedral de San Guillermo de Laoag, con la primera sesión del tribunal diocesano especialmente convocado.
Niña Ruiz-Abad nació el 31 de octubre de 1979 en el Capitol Medical Center de Quezon City, hija de un matrimonio de abogados, pero su padre murió cuando ella tenía sólo tres años. Creció en Quezon City, junto con su hermana Mary Anne. Estudió en el Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Filipinas, en Quezon City, y después en la Escuela Montessori Holy Angels, en la misma ciudad. Su madre, devota de la Divina Misericordia, se trasladó con sus hijas a Sarrat en abril de 1988 para trabajar en el Ministerio de Justicia.
Niña estudió secundaria en la Universidad Estatal Mariano Marcos de Laoag. Era profundamente devota de la Eucaristía e, ya desde muy pequeña, se dedicó a distribuir rosarios, Biblias, libros de oraciones e imágenes sagradas en su barrio y en la escuela. Una fe inquebrantable la animaba, a pesar de que empezaba a sentir los efectos de una enfermedad cardiaca. Cuando el padre Danny Pajarillaga, sacerdote católico, conoció a Niña por primera vez en 1993, se dio cuenta inmediatamente de que era una muchacha única, espiritualmente "especial". Destacaba entre sus compañeras por su ferviente fe en la Eucaristía y por el tiempo que dedicaba a rezar. Como verdadera discípula misionera, "era un testimonio andante de piedad y religión, siempre iba vestida de blanco y con un rosario al cuello", recuerdan quienes la conocieron.
La pequeña fue diagnosticada de miocardiopatía hipertrófica a los 10 años y vivió los tres años de la enfermedad siempre con alegría y profunda fe. "La vida de Niña fue de oración, adoración y relación íntima con Dios, Jesús, el Espíritu Santo y la Santísima Virgen María", afirma Mons. Mayugba.
Está enterrada en un cementerio público de Sarrat y su tumba es lugar de peregrinación. "Hoy, niños y jóvenes se inspiran en la vida de la Niña Ruiz-Abad para vivir una vida arraigada en la oración. Su historia sigue llegando al corazón de muchas personas porque es un ejemplo de cómo con Dios se pueden superar los obstáculos", ha escrito la Conferencia Episcopal de Filipinas.
(PA) (Agencia Fides 16/3/2024)