Almaty (Agencia Fides) - No lejos de las fronteras con Kirguistán y China, a lo largo de lo que un día fue la antigua Ruta de la Seda, ha tenido lugar este año la peregrinación misionera organizada por las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Kazajistán. Se trata de la cuarta edición de un itinerario misionero especial que tiene como objetivo visitar las comunidades de cristianos que viven en las zonas más remotas del país.
Durante los tres primeros años, la peregrinación ha recorrido el norte del país y también el extremo occidental del mar Caspio, donde viven muy pocos católicos en una sociedad predominantemente musulmana. Este año, sin cambio, ha sido el turno de la diócesis de la Santísima Trinidad de Almaty, en el sur del país, (véase Agencia Fides 22/4/2022) que ha recibido la visita del Padre Leopold Kropfreiter, Director Nacional de las OMP de Kazajistán, que se ha desplazado hasta allí con cuatro misioneros, tres religiosas y un religioso.
El objetivo de esta peregrinación, que ha recorrido una zona en la que ya en el siglo V habían surgido florecientes comunidades cristianas, es compartir el testimonio de la fe y la alegría que brota de Cristo. En la Edad Media también se estableció allí una misión franciscana, que más tarde desapareció debido a las convulsiones de la historia de aquellas tierras.
"Nuestra animación misionera -relata el padre Kropfreiter- nos ha llevado primero a las remotas aldeas de Shanashar y Nura, donde hemos conocido al padre Shymon Gshywinski y a las hermanas de la Comunidad de Nuestra Señora de la Consolación, que se ocupan de una estación misionera. Hemos mantenido numerosos encuentros con adultos, niños y jóvenes. La celebración de la Santa Misa, la oración y la adoración han sido siempre el centro de cada encuentro".
La zona visitada este año por la peregrinación misionera es una en la que los fieles de la época soviética soportaron situaciones de opresión: sus antepasados fueron deportados a Kazajistán en 1936 y continuaron en un clima de represión antirreligiosa. Algunos fueron bautizados por el Beato Padre Władysław Bukowiński, conocido como el "Apóstol de Kazajistán", que llegó al sur del país durante sus largos viajes misioneros.
"Desde los tiempos del estalinismo hasta hoy-explica el director de las OMP kazajas - los creyentes rezan el 'Rosario viviente', que para ellos es un signo especial de fe y amor a la Iglesia. Hemos festejado la conclusión de la peregrinación en la parroquia católica de Kapschagai (Kunaev), donde tras celebrar la Santa Misa con el obispo auxiliar de la diócesis de Karaganda, Evgeny Zinkowskij, hemos tenido numerosos encuentros con niños, jóvenes y adultos. El párroco, junto con algunas religiosas y misioneros laicos, realiza una gran labor de atención a los niños pobres y abandonados. La Iglesia en Asia Central es pequeña, pero está llena de vitalidad".
(EG) (Agencia Fides 16/12/2023)