ASIA/CAMBOYA - Evangelii gaudium inspira el mensaje cristiano y el acompañamiento espiritual de los jóvenes en Camboya

Kompong Cham (Agencia Fides) - “La exhortación apostólica del Papa Francisco “Evangelii gaudium” está en nuestros corazones e inspira nuestros pasos como pequeña comunidad católica en Camboya. Aunque el texto no esté disponible en lengua jemer (sería difícil la traducción), lo tenemos en francés y en inglés. Fue un documento difundido y apreciado por nosotros, los católicos camboyanos, un texto importante para toda la Iglesia porque toca el tema del anuncio del Evangelio en el mundo y en el mundo de hoy y la sociedad actual. Nos ha dado la conciencia y la alegría de ser cristianos, misioneros y evangelizadores. Hemos acogido este espíritu y lo vivimos cada día, con sencillez, sobre todo a partir de la Palabra de Dios, poniendo el Evangelio en el centro de nuestras pequeñas comunidades. Partimos de compartir y vivir el Evangelio, para luego poder testimoniarlo y anunciarlo como Buena Noticia a quienes nos encontramos. Puedo decir que, en particular, Evangelii gaudium, - pronto se cumplirán diez años de su publicación-, nos ha animado a llevar el Evangelio a los jóvenes camboyanos, buscadores de alegría, de belleza y de grandes cosas. El Evangelio satisface esta sed”. Lo explica a la Agencia Fides, monseñor Pierre Suon Hangly, de 50 años, Prefecto Apostólico de Kompong Cham, uno de los tres distritos eclesiásticos en los que se divide la Iglesia católica camboyana.

El territorio de la Prefectura Apostólica de Kompong Cham, en la zona oriental de la pequeña nación del Sudeste Asiático, incluye ocho provincias civiles en un territorio con alrededor de 3.300 fieles católicos, y donde hay 32 parroquias, “algunas más grandes, en su mayoría pequeñas iglesias o capillas también en las zonas montañosas donde viven pueblos indígenas, los llamados montañeses”, explica el Prefecto Apostólico. En la prefectura trabajan 5 sacerdotes camboyanos y 13 misioneros. Gracias a su servicio y, gracias a la ayuda de las personas consagradas, de las monjas y de los catequistas laicos, “la Iglesia está muy presente en los servicios sociales, en el ámbito de la educación, en la ayuda humanitaria y en las obras de caridad”, indica. “La fe de la población crece y se profundiza poco a poco y tratamos de acompañar especialmente a los jóvenes, nuestra esperanza”, afirma. “Les dimos el anuncio fundamental de Evangelii gaudium: la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de quien se encuentra con Jesús. Quien se deja tocar y salvar por Él encuentra la felicidad”, asegura el Prefecto.

“Puedo decir esto por lo que sucedió a través de la historia de mi vocación, que nació durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en Roma en el Jubileo del año 2000. Participé con algunos jóvenes camboyanos, nos reunimos en torno al Papa Juan Pablo II. Por eso, hoy queremos acompañar a nuestros jóvenes a las JMJ, para que vivan una experiencia de fe, de compartir y de profunda fraternidad. También el verano pasado, jóvenes camboyanos asistieron a la JMJ en Lisboa y fue una experiencia fructífera. Esperemos que el Señor nos guíe y nos dé fuerzas para seguir anunciando el Evangelio”, dice el sacerdote.

El Prefecto relata otra experiencia reciente de su Iglesia local: del 30 de octubre de 2023 al 2 de noviembre se celebró en la Prefectura Apostólica de Kompong Cham un encuentro especial y un seminario de formación dedicado a los catequistas en el que participaron 180 personas, centrado precisamente en el tema de la proclamación de la fe. “Ay de mí si no evangelizo”, nos recuerda San Pablo. El anuncio de Cristo es nuestro camino principal, es una alegría, es también un deber, se podría decir, con un término oriental, es un 'Dharma', es lo que hay que garantizar siempre porque la misión está en la naturaleza de la Iglesia”, afirma monseñor Pierre Suon Hangly, recordando la condición de los sacerdotes, religiosos y fieles en Camboya. “En nuestro país, de tradición y cultura budista, estamos llamados a ser cristianos armonizando nuestra cultura y nuestra fe. Es un proceso largo, a veces hay dificultades, lo vemos en las liturgias y en los encuentros, pero es un camino que seguimos con sencillez y alegría”.
(PA) (Agencia Fides 4/11/2023)

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