ASIA/MONGOLIA - “Hágase la voluntad de Dios en Mongolia”. El testimonio de un sacerdote coreano “fidei donum”

jueves, 31 agosto 2023 iglesias locales   misioneros   fidei donum   evangelización  

El cardenal Giorgio Marengo con los misioneros coreanos de Mongolia entre los que está el difunto Stefano Kim SeongHyeon

De Paolo Affatato

Ulán Bator (Agencia Fides) - “La Iglesia mongola es muy joven y pequeña. Esta es una condición absolutamente necesaria para que Dios pueda hacer su voluntad. Creo que así Dios puede mostrar muy claramente cuál es su voluntad. Al recitar el Padre Nuestro, decimos Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo' y rezamos para que se haga también en Mongolia”. Son las palabras del misionero coreano Peter Hong, actualmente párroco en Ulán Bator quien describe la actitud espiritual en su servicio misionero en Mongolia. El padre Peter Hong, sacerdote de 40 años de la diócesis coreana de Dajeon, fue enviado a Mongolia hace cinco años como “fidei donum”, en el marco de una historia de cooperación misionera entre las Iglesias de Mongolia y Corea del Sur que se ha extendido durante 25 años. La cercanía se expresa, por un lado, con el envío de sacerdotes “fidei donum” (actualmente son tres de la diócesis de Daejon) y misioneros; por otro, con la posibilidad de que los seminaristas mongoles completen sus estudios universitarios en Corea del Sur. El sacerdote explica a Fides: “Vivimos la gracia de ser pequeños y el viaje apostólico del Papa Francisco es una buena oportunidad para confirmarlo. La Iglesia en Mongolia es muy pequeña, pero el Papa viene a Mongolia precisamente por los 1.500 creyentes aquí presentes. Esto nos recuerda la Encarnación de Jesucristo, que se despojó, se hizo pequeño y vino a este mundo para salvar a la humanidad”, destaca. “Jesús está siempre con los pobres, los pequeños y los que sufren viviendo y sirviendo aquí en Mongolia es, pues, un camino seguro para seguir a Jesús”.

El padre Peter Hong recuerda a su amigo sacerdote “fidei donum” con el que compartió la experiencia misionera, el padre Stefano Kim Seong Hyeon, fallecido el 26 de mayo en Mongolia después de 23 años de servicio misionero (ver Fides 26/5/2023). “Comparto lo que siempre decía Stephen: ya sea en Corea, en Mongolia o en cualquier parte del mundo, realizamos labor misionera porque anunciamos y damos testimonio del Evangelio. Al final, no creo que el servicio pastoral a lo que el Señor llamó aquí en Mongolia sea 'especial'; es servicio al Reino de Dios, como en cualquier otro lugar del mundo. Pero Mongolia es especial para mí, es el lugar donde el Señor me ha colocado, aquí y ahora. Aquí vivimos y compartimos su amor”. La de Mongolia y la de Corea del Sur son dos Iglesias verdaderamente “hermanas”, que viven un consolidado vínculo de proximidad. Actualmente 23 de los 77 misioneros (incluidos sacerdotes, religiosos y laicos) presentes en Mongolia proceden de Corea del Sur y pertenecen a diferentes congregaciones religiosas. En concreto, existe un vínculo de cercanía espiritual con la diócesis coreana de Daejeon (con los tres sacerdotes fidei donum actualmente presentes), donde el entonces obispo, Lazarus You Heung-sik (ahora cardenal y Prefecto de la Congregación para el Clero del Vaticano) alentó la decisión de enviar regularmente a los seminaristas de quinto año de su diócesis a un período de experiencia misionera en Mongolia.

Continuaron las estrechas relaciones entre las Iglesias con el envío de misioneros y el apoyo a servicios, obras sociales, escuelas y programas de estudio. Tanto el primer sacerdote mongol, el padre Joseph Enkh-Baatar, como el padre Peter Sanjajav, el segundo sacerdote autóctono, completaron sus estudios teológicos en Corea, y ambos recuerdan el precioso testimonio del padre Stefano Kim SeongHyeon, llegado a Mongolia en 2002, que más tarde se convirtió en párroco de la catedral de los Santos Pedro y Pablo y vicario general de la Prefectura apostólica de Ulán Bator.

Para sellar esta relación, en 2016 la Prefectura Apostólica de Ulán Bator y la archidiócesis Coreana de Seúl firmaron un “Memorando de Entendimiento” para la cooperación misionera en Ulán Bator. El documento prevé que la “Catholic Education Foundation” de la archidiócesis coreana colabore en la evangelización y en la formación de los sacerdotes, mediante apoyo financiero y acogiendo a seminaristas de Mongolia en el Seminario Teológico de Seúl. También se establece una asociación entre el Hospital St. Mary's de Seúl y el Primer Hospital Central de Mongolia, introduciendo técnicas sanitarias, quirúrgicas y terapéuticas de última generación. En los últimos años se ha puesto en marcha también un fructífero intercambio espiritual y pastoral a través de las “Nuevas Familias” del Movimiento de los Focolares: varias familias coreanas han venido a Mongolia para compartir el mensaje del Evangelio y su testimonio de fe con las familias católicas mongoles. Algunos matrimonios coreanos visitan parroquias y conocen a las familias locales. En las reuniones se lee el Evangelio y se habla de cómo vivirlo en la vida familiar diaria. Es un camino que es una oportunidad de crecimiento espiritual para los bautizados mongoles.

El vínculo entre las comunidades de Mongolia y Corea, por otra parte, también tiene sus raíces en una comunidad étnica, lingüística y cultural, hoy también económica, como lo demuestra la presencia de ciudadanos mongoles en Corea del Sur (más de 30 mil, el grupo más grande en el extranjero) y viceversa (3.500 surcoreanos en Mongolia), gracias a un acuerdo bilateral de 2006 que facilita los intercambios laborales. Las remesas de los mongoles que trabajan en Corea del Sur se han convertido en una importante fuente de ingresos para la nación de Asia Central. Los mongoles y los coreanos son pueblos étnicamente relacionados ya que, en el siglo XIII, los mongoles invadieron China y la península de Corea, lo que dejó afinidades lingüísticas y culturales. Un legado particular conservado a lo largo de los siglos que se manifiesta en el nombre de las manadas de caballos salvajes presentes de la isla surcoreana de Cheju, todavía hoy llamados “mongoles”.

En Mongolia hoy la cultura coreana está muy extendida (comida, tradiciones, música K-pop, series de televisión). Dadas las características físicas similares, para las campañas publicitarias en Mongolia, las empresas surcoreanas no se molestan en volver a grabar secuencias de vídeo o vallas publicitarias con modelos locales. En 2021, Ulán Bator y Seúl establecieron una asociación para fortalecer las relaciones económicas, particularmente en los campos de la minería, el turismo y el desarrollo urbano. El comercio, el turismo, los intercambios culturales y la cooperación educativa con Corea del Sur tienen una gran influencia en la sociedad mongola. En recientes reuniones políticas se ha previsto aumentar la inversión y profundizar los vínculos culturales y educativos, con la idea de que esto tendrá un impacto positivo en el futuro de Mongolia.
(Agencia Fides 31/8/2023)

El padre Peter Hong con los jóvenes de la parroquia de Santa María de Ulán Bator

El padre Peter Hong con algunos parroquianos


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