ASIA/COREA DEL SUR - Vertida el agua radiactiva de Fukushima en el mar entre protestas y críticas en Corea

jueves, 24 agosto 2023 ambiente   ecología   sociedad civil  

Seúl (Agencia Fides) – Japón ha comenzado a verter en el océano Pacífico más de un millón de toneladas de agua radiactiva procedente de la central nuclear de Fukushima Daiichi, destruida en el terremoto de marzo de 2011, según informa la agencia de noticias Kyodo. El operador de la planta, Tokyo Electric Power, bombeó una pequeña cantidad de agua de la planta dos días después de que el gobierno japonés aprobara el plan. El vertido ha causado indignación en los países vecinos y preocupación, especialmente entre los pescadores, que creen que se verá afectado su trabajo y, por tanto, el consumo de sus productos. En Corea del Sur, los partidos de oposición al gobierno, distintos grupos de la sociedad civil y las comunidades religiosas han intensificado las protestas contra la medida del gobierno japonés y la posición del gobierno de Seúl ya que el presidente coreano, Yoon Suk-yeol, miembro del Partido del Poder Popular, afirmó que “el ejecutivo no ha detectado ningún problema de tipo científico o técnico respecto al plan de Japón”. El debate político en el país ha sido bronco, con el gobierno del presidente Yoon Suk-yeol en el centro de fuertes críticas por la orden desde Tokio. “Tenemos la intención de responsabilizar al gobierno por no cumplir con sus deberes”, aseguró el líder del Partido Demócrata, Lee Jae-myung, quien ha calificado el plan de Japón de verter agua de la planta de Fukushima como “un acto de terror”.

Los miembros del Partido Demócrata y del gobierno se enfrentaron en el parlamento sobre la posibilidad de un impacto directo en Corea del Sur. El Ministro de Relaciones Exteriores, Park Jin, dijo que las corrientes llevarían agua a través del océano Pacífico hasta las Américas antes de llegar a las costas de Corea del Sur. El ejecutivo de Seúl ha tomado nota de las declaraciones del Gobierno japonés y de la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que aprobó el plan de liberación en julio afirmando que cumple con los estándares internacionales y que el impacto que tendrá en las personas y el medio ambiente será “insignificante”. Corea del Sur aceptó las conclusiones de la OIEA, mientras que China expresó abiertamente su oposición calificando la medida de “extremadamente egoísta” y convocando al embajador de Japón para presentar una protesta diplomática oficial. La preocupación pública sigue siendo alta en Corea del Sur por el vertido. Según las encuestas, la mayoría de los coreanos están alarmados por la posible contaminación de los productos pesqueros y los océanos. En una encuesta de julio realizada por el Instituto de Investigación de Medios, el 62 por ciento de los ciudadanos coreanos encuestados dijeron que reducirían o dejarían de consumir productos del mar una vez que se implementara la liberación, a pesar de las garantías del gobierno de Corea del Sur. Los gobiernos regionales de Corea han anunciado planes para intensificar las pruebas de radiación de los productos pesqueros para aliviar las preocupaciones de los consumidores mediante la realización de pruebas diarias en los principales mercados. Ofrecerán los resultados en tiempo real, pero estas medidas no necesariamente tranquilizan a los consumidores que podrían modificar sus hábitos alimentarios.

Grupos ambientalistas, consejos estudiantiles y organizaciones de la sociedad civil se manifestaron en Japón y especialmente en Corea del Sur, donde la Federación Coreana de Movimientos Ambientalistas denunció la medida de Tokio que “amenaza los productos pesqueros y pone en peligro la seguridad de los países del Pacífico”. En los últimos días, la Federación ha promovido marchas callejeras y manifestaciones silenciosas, a la luz de las velas, con una marcha pacífica hacia la oficina presidencial afirmando que “Japón está provocando un desastre irreversible para Corea del Sur y los países del Pacífico” y definiendo el vertido del agua de Fukushima como “un acto lento y silencioso de terrorismo nuclear”.

Dos organismos eclesiales, la Comisión de Medio Ambiente y Ecología y la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, junto con otras 42 organizaciones diocesanas de todo el país, han reafirmado su firme oposición a la elección del gobierno japonés de verter en el mar el agua radioactiva.

En una declaración conjunta publicada a finales de junio expresan su “extrema preocupación” porque la decisión se ha tomado a pesar de la opinión contraria de grupos ecologistas, científicos y comunidades pesqueras. Apoyados por las convicciones de algunos científicos y académicos (ver Fides 12/7/2023), los grupos católicos rechazan la afirmación del gobierno japonés de que “la contaminación causada por la fuga radiactiva se está calmando y la zona de Fukushima es segura”. El comunicado cita un documento titulado “Informe de análisis sobre la contaminación radiactiva de productos agrícolas y ganaderos japoneses”, publicado por el Centro Ciudadano de Monitoreo de Radiación y la Federación Coreana de Movimientos Ambientales en abril de 2023. El informe encontró una amplia gama de contaminaciones radiactivas en productos alimenticios en el 5,3% de los productos marinos, en el 21,1% de los productos agrícolas y en el 2,6% de los productos animales.

De acuerdo con estos datos, aseguran que se debería adoptar un principio de prudencia y cautela hacia la salud humana y hacia el ecosistema. Ya en 2021, los obispos coreanos y japoneses publicaron una declaración conjunta en la que se expresaban contra el vertido de agua de la central de Fukushima al mar, indicando que se debía de proteger en primer lugar la salud de la humanidad y la vida de la Creación.
(PA)(Agencia Fides 24/8/2023)


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