Lumumbashi (Agencia Fides) - Cristo mismo «prometió habitar en aquellos que reciben su cuerpo y su sangre: promesa y don de su presencia». Y «su presencia es activa y dinámica. Su presencia hace de nosotros una nueva creación». De este modo, el Cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, ha indicado el Sacramento de la Eucaristía como el alimento que asimila a las pobres criaturas humanas a Cristo, que se hizo carne para darles la salvación y la felicidad. Lo ha dicho al presidir la liturgia eucarística de clausura del Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Lumumbashi, República Democrática del Congo, del 4 al 11 de junio. «Somos bienaventurados - ha afirmado el cardenal Tagle - porque Jesús nos ofrece su carne».
El pasado 25 de abril, el Papa Francisco había firmado la carta en latín por la que nombraba al cardenal Tagle su Enviado Especial al tercer Congreso Eucarístico Nacional de la Iglesia de la RD del Congo, previsto en Lumumbashi, la tercera ciudad del país. Ayer, domingo 11 de junio, día en que la Iglesia católica celebra la solemnidad del Corpus Christi, el Proprefecto del Dicasterio para la Evangelización abrió su homilía llevando a los participantes en el Congreso «el saludo paterno del Papa Francisco» y recordando a los hijos de esa nación que el Obispo de Roma, también después de su reciente visita a la República Democrática del Congo (31 de enero-3 de febrero de 2023), ha seguido mostrando «de diferentes maneras lo cercanos que os tiene en su corazón».
En su homilía, inspirándose en las lecturas del día, el cardenal Tagle se ha detenido, usando términos sencillos y concretos, en el misterio sacramental de la divina Eucaristía que vivifica a la Iglesia. Hay otros apetitos - ha reconocido el cardenal - que subyugan al ser humano y le llevan a beber en los pozos de la codicia, la corrupción y la manipulación: «Tenemos apetito por la última moda, el último teléfono móvil y la última arma o misil. Nos hemos alimentado demasiado de ira, celos y competitividad. Y los alimentos y bebidas a los que nos empujan tales apetitos nos enfermarán a nosotros, a nuestras familias y a nuestro mundo. Empobrecerán aún más a los pobres».
En cambio, comer el cuerpo de Cristo entregado por nosotros «es comer su humildad, su generosidad y su amor. Beber su sangre derramada por nosotros es beber su compasión, su justicia y su perdón. Vivir del Verbo de Dios que se hizo carne y sangre es vivir como Él vivió, siempre en comunión filial con Dios y siempre en comunión fraterna con sus hermanos, especialmente con los más débiles y los más olvidados». De este modo -como muestra san Pablo en la carta a los Corintios- «la familia de Dios nace de la Eucaristía», que «hace de nosotros la familia de Dios. Aunque seamos muchos, aunque seamos diferentes unos de otros, somos una sola familia en Jesucristo».
Hoy, lunes 12 de junio, el cardenal Tagle viajará a Goma, capital de la atormentada región de Kivu Norte, donde también se reunirá con los refugiados que huyen de las zonas de conflicto entre el ejército y las milicias rebeldes del M23 y de la reciente erupción del volcán Nyiragongo.
A principios de junio, en un encuentro con los medios de comunicación, el obispo de Goma, Willy Ngumbi, había invitado a toda la población a escuchar el mensaje de paz y perdón que el cardenal Tagle, como enviado papal, dirigirá a toda la población y también a las partes implicadas en el conflicto el martes 13 de junio, desde la iglesia del Monte Carmelo.
(GV) (Agencia Fides 12/6/2023).