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Abuja (Agencia Fides) - “No es exacto hablar de enfrentamientos entre religiones, también porque, como siempre sucede en estos casos, hay elementos criminales que aprovechan los desórdenes para saquear las casas. Quizá por eso en el norte se apunta hacia personas de la etnia Ibo, cristianos, generalmente católicos, originarios del sur, dedicados al comercio, y vistos como gente acomodada”. Así se expresa Mons. John Olorunfemi Onaiyekan, Arzobispo de la capital Abuja y Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, donde continuan las violencia estalladas en los días pasados. Más de 130 personas han muerto en cinco días de enfrentamientos. Las tensiones religiosas y étnicas se han agravado por la incertidumbre económica y el futuro político de la nación. “Los predicadores locales han contribuido a alimentar las violencias de estos días que con su retórica rimbombante encuentran una fácil presa en los jóvenes desocupados que ven en el mensaje extremista una razón para vivir. El Islán oficial se encuentra en dificultad frente a estos autoproclamados predicadores que se escapan a su control”, explica el Arzobispo.
Mons. Onaiyekan llama la atención de las autoridades civiles para que garanticen la seguridad de todos: “Todo esto no debe hacer pasar a un segundo plano la responsabilidad de las autoridades civiles, que deben impedir la violencia, y la responsabilidad de cuantos han organizado la manifestación de Maiduguri, que deben ser llamados a responder de la degeneración de su protesta”. El 18 de febrero se convocó una pacífica manifestación de protesta contra las conocidas viñetas danesas, autorizada por las autoridades locales. De repente sin embargo, la manifestación degeneró en violencia contra las iglesias y edificios de los cristianos, provocando algunos muertos, entre ellos un sacerdote católico. “Cuando se organizan manifrstaciones de masa, hay unas reglas a respetar, tanto por parte de los organizadores como de las autoridades - afirma Mons. Onaiyekan - las cuales deben vigilar para que entre los manifestantes pacíficos no se infiltren provocadores armado. Lo repito para evitar que se repitan las violencias: el Estado debe asegurar el orden público. El Estado de Derecho es la primera defensa para detener la violencia”.
El Arzobispo pone en guardia también del peligro de que la religión se convierta en víctima de manipulaciones políticas: “Pensamos por ejemplo a la introducción de la ley islámica en diversos Estados del norte. Durante años Nigeria ha tenido Jefes de Estado musulmanes y en aquel periodo nadie ha sentido la exigencia de introducir la Sharia. Ahora que hay presidente cristiano, Obasanjo, de repente se han dado cuenta de que es necesario convertir la Sharia en ley del Estado”.
Según el Presidente de la Conferencia episcopal nigeriana, unos de los principales problemas del país, que puede ser fácilmente instrumentalizado, está representado por la debilidad económica. “En Nigeria tenemos petróleo, pero este se ha convertido en una maldición, porque es fuente de corrupción”, subraya Mons. Onaiyekan señalando la falta de atención hacia las necesidades básicas de la población. “Hasta hace 15 años teníamos una industria de manufactura que hemos dejado morir para perseguir el maná petrolero. Ahora nos vemos obligados a importar todo del extranjero. Mientras tanto, sin embargo, los jóvenes no encuentran trabajo y son presa fácil de la criminalidad organizada y del extremismo”, dice el Arzobispo de Abuja, que lanza este llamamiento a Europa: “La corrupción que se ha extendido en mi país es también culpa de quienes en occidente corrompen a nuestros dirigentes para comprar el petróleo a un precio más conveniente. Sin embargo pienso que ésta es una política a corto plazo. Creo en cambio que el interés a largo plazo de Europa sea garantizar un futuro a los jóvenes nigerianos y ayudarles a crear una verdadera democracia y un verdadero Estado de derecho”. (L.M.) (Agencia Fides 24/2/2006. Líneas: 47 Palabras: 650)
