VATICANO - Papa Francisco: la oración de intercesión de monjes y monjas es la "fuerza invisible" que sostiene la misión

miércoles, 26 abril 2023 papa francisco   misión   evangelización   vida monástica   oración  

Santa Teresa de Lisieux

Roma (Agencia Fides) - «Comprendí que sólo el amor impulsa a los miembros de la Iglesia a la acción y que, cuando este amor se extinguiese, los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio, los mártires ya no derramarían su sangre». Así escribía Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz en uno de sus manuscritos. La carmelita de Lisieux, proclamada Patrona de las Misiones por la Iglesia, ha sido citada por el Papa Francisco durante la Audiencia General de hoy, miércoles 26 de abril, en la nueva catequesis del ciclo dedicado a la pasión por el anuncio del Evangelio y el celo apostólico. Tras presentar las figuras de san Pablo y de los mártires, "que anuncian a Jesús con la vida, hasta donarla por Él y por el Evangelio", el Papa Francisco ha llamado hoy la atención sobre "otro gran testimonio que atraviesa la historia de la fe: el de las monjas y los monjes, hermanas y hermanos que renuncian a sí mismos, renuncian al mundo para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, la castidad y la obediencia y para interceder a favor de todos".
Mirando a los monjes y a las monjas -ha dicho el Papa al comienzo de su catequesis-, “podríamos preguntarnos: ¿cómo puede la gente que vive en un monasterio ayudar al anuncio del Evangelio? ¿No sería mejor que usaran sus energías en la misión?". Un recurso retórico, utilizado por el Papa para reafirmar inmediatamente con fuerza que “en realidad, los monjes son el corazón palpitante del anuncio, su oración es oxígeno para todos los miembros del Cuerpo de Cristo, su oración es la fuerza invisible que sostiene la misión". Por eso -ha añadido el Papa- “No es casualidad que la patrona de las misiones sea una monja, santa Teresa del Niño Jesús”.
Junto a la Santa de Lisieux, el Papa Francisco también ha presentado como testigo de la fuerza misionera de la vida monástica a un santo de Oriente, el monje armenio Gregorio de Narek, que vivió en torno al año mil, "que nos ha dejado un libro de oraciones, en el cual se ha derramado la fe del pueblo armenio, el primero en abrazar el cristianismo; un pueblo que, aferrado a la cruz de Cristo, ha sufrido tanto a lo largo de la historia". San Gregorio de Narek, a quien el Papa Francisco proclamó Doctor de la Iglesia el 12 de abril de 2015, ha sido propuesto de nuevo como testigo e intérprete de lo que el Obispo de Roma ha llamado "solidaridad universal", ejercida a través de la oración de intercesión. "Entre los monjes y las monjas -ha remarcado el Papa, añadiendo de forma improvisada al texto escrito numerosas consideraciones- hay una solidaridad universal: cualquier cosa que sucede en el mundo, encuentra lugar en su corazón y rezan. El corazón de los monjes y las monjas es un corazón que capta como una antena, capta qué sucede en el mundo y reza e intercede por esto. Y así viven en unión con el Señor y con todos". A imitación de Jesús -ha continuado el Sucesor de Pedro-, los monjes toman sobre ellos los problemas del mundo, las dificultades, las enfermedades, tantas cosas y rezan por los demás. Y estos son los grandes evangelizadores. ¿Cómo es que los monasterios viven encerrados y evangelizan? Porque con la palabra, el ejemplo, la intercesión y el trabajo cotidiano, los monjes son un puente de intercesión por todas las personas y por los pecados. Ellos lloran también con las lágrimas, lloran por sus pecados - todos somos pecadores - y también lloran por los pecados del mundo, y rezan e interceden con las manos y el corazón hacia lo alto". Por eso los monjes y las monjas - ha continuado el Papa Francisco - “son como una ‘reserva’ que nosotros tenemos en la Iglesia: son la verdadera fuerza, la verdadera fuerza que lleva adelante al pueblo de Dios y y de aquí viene la costumbre de que la gente - el pueblo de Dios - cuando encuentra a un consagrado, una consagrada, dice: ‘Reza por mí, reza por mí’, porque sabe que hay una oración de intercesión”. El Papa Francisco ha concluido su catequesis con una sugerencia y una oración: "Nos hará bien - si podemos - visitar algún monasterio, porque ahí se reza y se trabaja. Cada uno tiene su propia regla, pero las manos siempre están ocupadas: ocupadas con el trabajo, ocupadas con la oración. Que el Señor nos dé nuevos monasterios, nos dé monjes y monjas que lleven adelante la Iglesia con su intercesión".
(GV) (Agencia Fides 26/4/2023)


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