ASIA/FILIPINAS - El anuncio del Evangelio en Mindanao desde la experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base

jueves, 10 noviembre 2022 evangelización   misión   laicos   mujeres  

Cagayan de Oro (Agencia Fides) - El anuncio del Evangelio en la isla de Mindanao, la segunda más grande de Filipinas, sigue adelante gracias a la experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), en las que las personas, en diferentes estados de vida, experimentan la fe y la vida cristiana. Hombres, mujeres, sacerdotes, religiosos, jóvenes, familias, forman parte de ella, dan su testimonio de fe y, de este modo, son misioneros. Así emerge de la 17ª Conferencia Pastoral de Mindanao y Sulu (MSPC), que se está celebrando del 7 al 11 de noviembre de 2022 en Cagayan de Oro, ciudad del norte de la isla, centrada en el tema «El don de la fe y la nueva evangelización como Iglesia sinodal».
Los delegados presentes -obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de 21 circunscripciones eclesiásticas, entre diócesis, prelaturas y vicariatos del sur de Filipinas- han retomado y valorado la experiencia de las Comunidades Eclesiales de base, ampliamente extendidas en la isla de Mindanao, reconociendo su valor intrínseco como experiencia eclesial de estilo sinodal, en la medida en que está marcada por un carácter inclusivo y participativo de todos los miembros del Pueblo de Dios que aportan, cada uno según su estado de vida y según el carisma recibido, una contribución al trabajo pastoral y a la misión.
Estas pequeñas comunidades se iniciaron a finales de la década de 1960, inmediatamente después del Concilio Vaticano II, por los misioneros extranjeros que llegaron a los vastos territorios de Mindanao y las islas circundantes. La Conferencia Pastoral de Mindanao-Sulu, que se celebró por primera vez en 1971 y se ha reunido desde entonces cada tres años, ha sido históricamente partidaria de esta forma de vida cristiana, que se considera apropiada y fructífera para el trabajo pastoral en ese territorio.
“En los últimos 50 años, las CEBs han alimentado y fortalecido la fe de la gente; ahora es importante que puedan contribuir a la transformación de nuestra sociedad, para hacer frente a los retos de una sociedad compleja hoy y en los días venideros”, señala el sacerdote redentorista Karl Gaspar, profesor del Instituto Teológico y Misionero San Alfonso de Davao City.
En la misma línea, el arzobispo de Cagayán de Oro, José Cabantán, ha pedido durante la Conferencia “una fe que haga justicia”, que “se convierta en praxis e ilumine la vida social, económica y política”. “Mindanao sangra a causa de cuestiones de libertad y paz; nuestra conferencia de creyentes mira hacia fuera para promover la justicia y la caridad en nuestra tierra. Escuchando el susurro del Espíritu Santo en nuestros corazones, estamos llamados a la misión y debemos cumplirla”, ha dicho.
El Arzobispo Charles Brown, Nuncio Apostólico en Filipinas, que también ha participado en la Conferencia Pastoral, ha instado a los delegados a “proclamar el Evangelio con compromiso, creatividad y valor”.
“En las comunidades eclesiales de base de Mindanao - han recordado los delegados presentes en la Conferencia - las mujeres participan en la catequesis, ya sea como lectoras que comentando y actualizando el Evangelio en las celebraciones litúrgicas, a menudo organizadas en familia. La presencia de los laicos es significativa en la organización de la vida pastoral, pero también en el apoyo solidario a las familias más pobres y en la promoción de una vida digna para todos”.
En la isla de Mindanao, incluidas las islas secundarias que la rodean, viven unos 25 millones de habitantes (una cuarta parte de toda la población filipina), una población multicultural y multirreligiosa, con mayoría de católicos, y con la presencia de una región autónoma musulmana, que alberga a unos 6 millones de musulmanes, y también con la presencia de pueblos indígenas animistas (“lumads”).
La zona está marcada por un alto índice de pobreza: aunque es el “granero” de la nación, bendecido con belleza y vastos recursos naturales, se encuentra entre las zonas menos desarrolladas de la nación y alberga a un tercio de los pobres de Filipinas. Según las cifras del gobierno filipino, cerca del 40% de la población de Mindanao vive por debajo del umbral de pobreza.
En cuanto a la organización de la vida eclesial, las parroquias suelen acoger a miles de familias, y cada una de ellas cuenta con decenas de “estaciones de misión” o redes de comunidades eclesiales de base, en las que los laicos y los catequistas participan activamente, ayudando a los necesitados y marginados, a menudo trabajando junto a grupos indígenas. En la Iglesia católica de Filipinas, la misión en Mindanao representa para muchos una auténtica llamada a abandonar su zona de confort y abrazar una nueva frontera, dando testimonio del Evangelio entre los más pobres o entre los pueblos que no conocen a Cristo.
(PA) (Agencia Fides 10/11/2022)


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