VATICANO - En África aumentan los católicos y los agentes de pastoral

viernes, 21 octubre 2022 animación misionera   evangelización   iglesia católica  

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Las "Estadísticas de la Iglesia Católica" que la Agencia Fides pública anualmente con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones, procesando los datos del Anuario Estadístico de la Iglesia, muestran que África es el continente que registra el mayor número de variaciones positivas respecto al año anterior y también respecto a los demás continentes.
En África, los católicos han aumentado de 5.290.000 unidades, alcanzando la cifra de 256.840.000. El número total de sacerdotes, diocesanos y religiosos, ha aumentado de 1.004 hasta alcanzar los 50.465 presbíteros. Los religiosos no sacerdotes también han aumentado de 103 miembros, hasta llegar a 9.188, y los religiosos de 2.503, alcanzando un total de 79.557. También han aumentado los miembros de los institutos seculares femeninos (+60 con un total de 1.262), los misioneros laicos (+559 con un total de 8.561) y los catequistas (+14.766 con un total de 453.985). El número de seminaristas, tanto diocesanos como religiosos, también ha crecido: los seminaristas mayores son 33.628, un aumento de 907, y los menores 52.411, un aumento de 375. Los únicos descensos leves en el continente se dan en el número de obispos (-2, religiosos), diáconos permanentes (-40) y miembros de institutos religiosos masculinos (-14).
Sin embargo, la tendencia en África no es nueva, ya que se mantiene estable desde hace algunos años, aunque con variaciones que no cambian sustancialmente el panorama. Un continente de primera evangelización, todavía encomendado a la solicitud del Dicasterio Misionero y al apoyo de las Obras Misionales Pontificias, expresa así la vitalidad de la Iglesia en contextos que parecerían estar en total contraste con el florecimiento de las palabras del Evangelio: guerras, emigración, hambre, corrupción, tráfico de personas, terrorismo, secuestros, violencia…
En la lógica humana, estas situaciones deberían llevar fácilmente, sobre todo a los jóvenes, a endurecer sus corazones, a responder con la fuerza y la violencia para asegurar el dominio sobre los demás a toda costa. En cambio, sucede que en la vida de muchos jóvenes prevalecen otros factores más convincentes. El espectáculo de la fe, la esperanza y la caridad, encontrado en la rutina diaria de su vida familiar y comunitaria, atrae sus corazones por caminos de alegría y gratuidad.
“Los lugares de origen de los jóvenes que llegan a los seminarios a menudo son rurales o modestos, de familias sencillas y de situación material humilde -explica a la Agencia Fides el P. Guy Bognon, PSS, originario de Benín, Secretario General de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol-. Algunos de estos jóvenes experimentan la pobreza, se hacen sensibles al sufrimiento de los indigentes, de los enfermos, de los sin voz, de los abandonados, de los humillados, y sienten en lo más profundo de su ser la llamada a consagrar totalmente su vida al servicio de estas personas. Habiendo experimentado el dolor de las situaciones difíciles, han adquirido la capacidad de silencio, de reflexión, de cultura personal, de vida espiritual, de oración. Están más dispuestos a escuchar la discreta y suave llamada de Dios que pide su disponibilidad”.
No faltan, en el contexto eclesial africano, luces y sombras, situaciones difíciles o contrastadas, pero tampoco comunidades cristianas en las que estos retos se afrontan con fe, se viven con fervor, con alegría, sin complejos, sin vergüenza. “En estas comunidades, la gente cree en la Iglesia católica y en sus enseñanzas sin tratar de tomar sólo lo que les gusta, lo que nos apacigua, rechazando fácilmente y sin escrúpulos lo que consideramos difícil, duro o anticuado”, subraya el padre Bognon. En este contexto, los agentes de pastoral, los sacerdotes, los religiosos y las religiosas dialogan fácilmente con los jóvenes, haciendo crecer en ellos, a través del testimonio de vida, la idea de que “una experiencia en la Iglesia no limita su libertad, sino que la enriquece y les ayuda a realizarla más plenamente”. Y los jóvenes son el presente y el futuro de la Iglesia, no sólo en África.
(SL) (Agencia Fides 21/10/2022)


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