ASIA/FILIPINAS - Un voto por amor a la verdad, la paz y la justicia

lunes, 28 febrero 2022 derechos humanos   obispos   elecciones   política  

Manila (Agencia Fides) - Vota por “la verdad, el bien común, la paz y la justicia”: este es el llamamiento dirigido a los fieles por los obispos filipinos, ahora que el país entra en la campaña electoral de cara a las próximas elecciones generales y locales previstas para el 9 de mayo.
En una Carta Pastoral firmada por monseñor Pablo Virgilio S. David, presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP) y obispo de Kalookan, los obispos, citando el documento del Concilio Vaticano II 'Gaudium et spes' (La Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Contemporáneo), recuerdan lo siguiente a la población: “Todos los ciudadanos deben ser conscientes del derecho y también del deber de usar su libertad de voto para promover el bien común” (n. 75).

El 25 de febrero de 2022, el país celebró el aniversario de la Revolución Popular de 1986 en la que fue derrocado el presidente dictador Ferdinand Marcos. Más de un millón de filipinos se reunieron en la gran arteria de Manila, la Avenida Epifanio De Los Santos (EDSA), del 22 al 25 de febrero de 1986 para derrocar a Marcos a través de la revolución que pasó a la historia como “People power”, uno de los momentos más emocionantes de la historia filipina contemporánea. En el contexto de este aniversario, los obispos constatan “la evidente y sutil distorsión, manipulación, encubrimiento, represión y abuso de la verdad”. De hecho, el mensaje condena “el revisionismo histórico, la distorsión de la historia o su negación; la proliferación de fake news e historias falsas; la desinformación, la siembra de falsa información y narraciones falsas para influir en la opinión pública, ocultar la verdad, difamar y chantajear. Hay miles de trolls propagando el virus de la mentira”.

En la carta, monseñor David afirma que los hombres y mujeres del país deben “considerar el bien común como principal preocupación. Respetémonos unos a otros, no cedamos ante el odio y los juicios precipitados. Busquemos diligentemente la verdad para hacer el bien y evitar el mal”, escribe. El texto asegura que los líderes de la Iglesia pueden “brindar orientación moral y espiritual, de acuerdo con nuestra misión de proclamar la verdad desde nuestra fe”. Los laicos, por su parte, tienen un “papel distinto y específico” para contribuir activamente al justo ordenamiento de la sociedad. En este sentido, los obispos exhortan a la gente a luchar contra “el virus de la mentira, que se propaga salvajemente y adormece nuestras conciencias”. “Este virus paraliza nuestra capacidad de reconocer a Dios, de respetar la verdad y la bondad. Por lo tanto, no nos damos cuenta de que hay una 'pandemia de mentiras', especialmente en las redes sociales. Y esto es muy grave”, señalan los prelados. La invitación, entonces, es la de “no favorecer a nada más que la verdad. Queremos advertirles de las distorsiones radicales en la historia de la ley marcial y la revolución del poder popular de EDSA”.

El texto señala algunos aspectos de la revolución de 1986 para subrayar que “hubo una privación sistemática de los derechos de los votantes, una compra y venta generalizada y masiva de votos, una manipulación deliberada de los resultados electorales, intimidación, hostigamiento, terrorismo y asesinatos”. “Un gobierno que asume o mantiene el poder por medios fraudulentos no tiene base moral”, se lee en la declaración. Durante la revolución de 1986, los obispos habían pedido a la población “ver, juzgar y actuar, no con violencia, sino con medios pacíficos”. Entonces muchos fieles, funcionarios públicos, responsables de medios de comunicación y gente de la sociedad civil actuaron pacíficamente. “Muchos de nosotros, obispos, hemos sido testigos de la injusticia y la crueldad de la Ley Marcial. Las violaciones de los derechos humanos, las víctimas, la corrupción, la severa deuda pública y la recesión económica del país a causa de la dictadura están bien documentadas, repito, no las inventamos nosotros. Todo esto está escrito en nuestra historia”, dicen contundentemente.

Y continúan: “Nos alarma esta tergiversación de la verdad de la Historia y el intento de borrar o destruir nuestra memoria colectiva mediante la siembra de mentiras y falsos relatos. Esto es peligroso, porque envenena nuestra conciencia colectiva y destruye los cimientos morales de nuestras instituciones”. “Descuidar la verdad es perjudicial para todos nosotros, porque la base de una buena sociedad y de un gobierno responsable es la verdad”, añade el texto enviado a Fides. El pueblo filipino debe “defender la verdad. Recordad que la bondad sin verdad es fingimiento. El servicio sin verdad es manipulación. No puede haber justicia sin verdad. Incluso la caridad, sin verdad, es solo sentimentalismo. Una elección o cualquier proceso que no esté basado en la verdad es solo un engaño del que uno no se puede fiar”.

Ante todo esto, ante la proximidad de las elecciones, los obispos filipinos exhortan a la población a “examinar detenidamente lo que está ocurriendo” y a continuar “la búsqueda de una sociedad verdadera y justa”. Al concluir la Carta Pastoral, la Conferencia Episcopal invita a los fieles a “comprometerse en el diálogo y el discernimiento. A escuchar a la conciencia. A decidir por uno mismo. Confiamos en vuestra capacidad para discernir lo que es verdad y lo que es bueno. Todos buscamos el bien común. Y, a la luz del Evangelio de Jesús, sigamos el camino de la verdad, el bien, la justicia y la paz, no el camino de la violencia, la venganza o el mal”. “Tened fe, perseverando en vencer el mal por medio del bien”, concluye la declaración.
(SD-PA) (Agencia Fides 28/2/2022)


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