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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Las primeras dos estrofas del Salmo 138 (138,1-12 "Dios lo ve todo", Vísperas del miércoles de la IV Semana; lectura: Sal 138,1-3.5-6.11-12) que "exaltan respectivamente la omnisciencia de Dios y su omnipresencia en el espacio y en el tiempo" han constituido el argumento de la reflexión del Santo Padre Benedicto XVI durante la audiencia general de hoy. "El vigor de las imágenes y de las expresiones tiene como objetivo la celebración del Creador" ha explicado el Papa. "La meditación del salmista apunta, sobre todo, a penetrar en el misterio de Dios trascendente y sin embargo, cercano a nosotros".
La sustancia del mensaje es que "Dios lo sabe todo y está presente al lado de su criatura, que no puede sustraerse a El. Sin embargo, su presencia no es amenazadora o inquisitiva; ciertamente, su mirada es también severa frente al mal, al que no es indiferente. Pero el elemento fundamental es el de una presencia salvífica, capaz de abrazar todo el ser humano y toda la historia." Mientras la primera parte está dedicada a celebrar la omnisciencia divina, la segunda parte del Salmo está dedicada a la omnipresencia divina: se describe de manera viva la ilusoria voluntad del hombre de sustraerse a esa presencia. Todo el espacio queda abarcado… Todo ámbito del espacio, incluso el más oculto, contiene una presencia activa de Dios. El salmista describe después "la otra realidad en que nos encontramos inmersos: el tiempo… También en la oscuridad, donde es arduo caminar y ver, penetra la mirada y la epifanía del Señor del ser y del tiempo. Su mano está siempre dispuesta a tomar la nuestra para guiarnos en nuestro itinerario terreno. Es, por tanto, una cercanía no de juicio atemorizador, sino de apoyo y liberación". (S.L) (Agencia Fides 14/12/2005, Líneas: 23, Palabras: 338)
