AFRICA/CONGO RD - Katanga, al sur del Congo, víctima de los milicianos Mai-Mai: llamamiento de los Obispos al Presidente de Congo y a las Naciones Unidas

miércoles, 23 noviembre 2005

Kinshasa (Agencia Fides) - Los Obispos del Katanga, al sureste de la República Democrática del Congo, expresan su preocupación por la violencia Mai-Mai provocada por las milicias, con un memorando dirigido al Presidente de la República y al Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo.
“Después de la guerra de las milicias Mai-Mai se han formado y armado para defender la integridad del País" recuerda el memorando firmado por Mons. Floribert Songasonga, Arzobispo de Lubumbashi, Mons. Vincent de Paul Kwanga, Obispo de Manono, y Mons. Fulgence Muteba, Obispo de Kilwa-Kasenga. Pero después del acuerdo de paz "el acuerdo Global e Inclusivo y la reunificación de la República Democrática del Congo creemos sinceramente que ya no tienen razón de ser" escriben los Obispos.
El fenómeno de las milicias Mai-Mai es complejo y en efecto, los Obispos afirman que "según nuestra opinión desde que se habla de transición, se distinguen dos categorías de Mai-Mai en Katanga. La primera categoría la constituyen los que vagan por la ciudad y no obedecen más que a sus jefes. Erigen a veces barreras, vejan a la población y se constituyen como una policía paralela. Este tipo de Mai-Mai se encuentra esencialmente en ciertas localidades de la diócesis de Kongolo. La segunda categoría la forman los Mai-Mai que ocupan algunos espacios del territorio de la provincia y que, por consiguiente, huyen del control del gobierno central. Es el caso de ciertas partes de la diócesis de Kalamie-Kirungu, Manono, Kilwa-Kasenga, Kamina y Lubumbashi."
Son sobre todo estos últimos los responsables de las "violencias más abominables cometidas contra la población civil. Los testimonios de los supervivientes y desplazados describen graves crímenes: homicidios, incendios de casas, secuestros de persona, confiscación de bienes, robos, violaciones etc… se señalan incluso casos de canibalismo."
Estas violencias han provocado una catástrofe humanitaria, en particular en Dubie y Mitwaba al Norte de la Diócesis de Kilwa-Kasenga, y al Norte de la diócesis de Manono. "En estas localidades hay una fuerte concentración de evacuados de guerra que según numerosos testimonios han huido a causa del terror provocada por un jefe Mai-Mai, llamado Kyungu Kasongo, alias Gédéon que siembra la devastación en las regiones comprendidas entre Mitwaba, Manono, Dubie y Pweto" recuerdan los Obispos. Y es propio Gédéon el responsable de la horrible muerte de don François Djikulo, sacerdote de la diócesis de Manono y del laico Simón Kayimbi (ver Fides 21 de noviembre de 2005). El sacerdote y el laico se acercaron hasta el jefe Mai-Mai para convencerlo a que depusiera las armas y frenar las violencias contra la población civil, pero desaparecieron durante más de 50 días sin dejar huella, antes de que fueran hallados sus cuerpos horriblemente atormentados.
Para solucionar esta situación, los Obispos del Katanga dirigen un llamamiento al gobierno y a la MONUC (las fuerzas de paz de las Naciones Unidas en Congo) para que "tomen seriamente en consideración el problema de los Mai-Mai en Katanga y lo solucionen en el cuadro global del proceso de transición". En concreto, los Obispos piden que se pongan en marcha operaciones de desarme, y reintegración en la sociedad civil de los milicianos Mai-Mai, y que las fuerzas del orden garanticen la pacificación de los territorios que todavía huyen de su control, permitiendo el inicio del proceso electoral por todo el País. (L.M) (Agencia Fides 23/11/2005 Líneas: 43 Palabras. 580)


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