AFRICA/MARRUECOS - La experiencia de Sor Georgette en la escuela de enfermería de Rabat

lunes, 31 octubre 2005

Rabat (Agencia Fides) - "Vivir un verdadero encuentro hace superar todas las divisiones: ni la raza ni la religión, ni la cultura son obstáculos; nos aceptamos y respetamos unos a otros cuando reconocemos nuestra humanidad". Así describe, Suor Georgette Makosso, una religiosa centroafricana de las Franciscanas Misioneras de Maria, su experiencia de tres años de estudio en la escuela de enfermería de Rabat, en Marruecos.
"En la escuela hay un centenar de estudiantes, entre policías, militares, funcionarios y empleados públicos. Entre ello, hay nueve extranjeros procedentes de Kenia, Liberia, Congo Brazzaville, República Democrática del Congo y Guinea Bissau" afirma la religiosa que recuerda las dificultades iniciales para introducirse en un entorno completamente islámico: "Sin embargo, después de seis meses, se ha creado una mayor apertura entre nosotros. Fue más fácil integrarse en los distintos grupos de estudio y preparar juntos los exámenes. Con mis colegas marroquíes, he compartido el pan y al final del primero año de estudio se creó un buen nivel de integración entre los estudiantes musulmanes y no musulmanes."
Sor Makosso describe así una jornada normal del curso: "El día está dividido entre experiencias prácticas en hospital, lecciones teóricas y lecturas. Durante el servicio en el hospital cada grupo prepara la terapia de los pacientes. Estar junto a los enfermos significa compartir esperanzas y dolores. La pausa para almuerzo, es una ocasión para intercambiar no sólo la comida, sino también nuestras experiencias de alumnos. Cuando el Muezzin llama a la oración, mis dos colega van a la Mezquita, y yo busco un rincón dónde meditar la Palabra de Dios. Al final del día nos reunimos junto con los profesores para discutir nuestras impresiones y pedir explicaciones".
"Día a día, se va fortaleciendo la unión entre nosotros, estudiantes" continúa la religiosa “la familia de una compañera de curso me invitó con ocasión de las festividades islámicas. Pasé así de ser una "colega" a ser una "hermana" y fui aceptada como tal. Ahora la ayuda recíproca, la escucha recíproca e intercambiarse consejos se ha convertido en algo completamente natural".
"Al final de tres años de estudios en común, hemos formado una familia de 97 estudiantes divididos en grupos que trabajan juntos para la preparación de la tesis de final de curso" afirma Suor Georgette.
"La eucaristía, la adoración, la oración personal y comunitaria, y la vida de comunidad han sido mi fuerza. Doy gracias a Dios para haber permitido que viviera este encuentro como cristiana entre los musulmanes" concluye la religiosa. (L.M) (Agencia Fides 31/10/2005 Líneas: 33 Palabras: 426)


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