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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Con ocasión de la fiesta de Diwali 2005, conocida también como Deepavali, esto es, "fila de lámparas de aceite", que este año será celebrada por muchos hindúes el 1° de noviembre, como es usual, el Consejo Pontificio para el Diálogo Inter-religioso ha enviado a los hindúes un mensaje, firmado por el Presidente del Consejo Pontificio, Su Exc. Mons. Michael L. Fitzgerald, sobre el tema: "Hindúes y Cristianos solidarios”. Simbólicamente fundada en una antigua mitología, esta fiesta representa la victoria de la verdad sobre la mentira, de la luz sobre las tinieblas, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal. La verdadera y propia celebración dura tres días, marcando el inicio de un nuevo año, la reconciliación familiar, especialmente entre hermanos y hermanas y la adoración a Dios.
"Que este período de fiesta os sirva para descansar en la mente y en el cuerpo y para renovaros en el espíritu y continuar así afrontando las dificultades de la vida cotidiana con valentía y esperanza" es el deseo expresado al inicio del Mensaje. El carácter alegre de las celebraciones religiosas no puede por desgracia extenderse, como uno quisiera, a toda la existencia humana: "Las fiestas religiosas, recordándonos la dimensión espiritual de la vida y la búsqueda de un verdadero sentido, nos brindan la oportunidad de reflexionar sobre el sentido de acontecimientos trágicos en nuestras vidas o en las de los que nos circundan". El Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso cita expresamente a este punto la tragedia del "tsunami" en el océano Indico a finales del año pasado, que provocó una enorme devastación, muerte y sufrimientos. "En los lugares golpeados por el «tsunami», la solidaridad, más allá de las fronteras religiosas, ha contribuido a llevar esperanza a muchas víctimas. Grupos de auxilio, pertenecientes a diferentes tradiciones religiosas, han trabajado incansablemente para aliviar los sufrimientos inmediatos y para iniciar la reconstrucción. En una época en la que el secularismo agresivo parece agudizarse y en la que el respeto por los valores fundamentales con frecuencia parece que disminuye, una cooperación así entre personas de diferentes religiones puede llevar, en el mundo de hoy, a un nuevo respeto por la religión".
El Mensaje también recuerda el cuadragésimo aniversario de "Nostra Aetate", la declaración del Concilio Vaticano II sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no-cristianas, y concluye con la invitación a seguir colaborando en la búsqueda de las soluciones más adecuadas a los problemas que hay que afrontar, "sean pequeños o grandes, sean locales o internacionales". (S.L) (Agencia Fides 26/10/2005 - Líneas: 32 Palabras: 447)
