VATICANO - El Santo Padre Benedicto XVI al último grupo de Obispos de México: "La función episcopal de enseñar consiste en la transmisión del Evangelio de Cristo, con sus valores morales y religiosos, considerando las diversas realidades y aspiraciones que surgen en la sociedad contemporánea"

viernes, 30 septiembre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La función episcopal de enseñar consiste en la transmisión del Evangelio de Cristo, con sus valores morales y religiosos, considerando las diversas realidades y aspiraciones que surgen en la sociedad contemporánea, cuya situación deben conocer bien los Pastores… Al mismo tiempo, los Pastores de la Iglesia en México han de prestar una especial atención, como se hacía en las primeras comunidades cristianas, a los grupos más desprotegidos y a los pobres. Ellos siguen siendo un amplio sector de la población nacional, víctimas a veces de estructuras insuficientes e inaceptables. Desde el Evangelio, la respuesta adecuada es promover la solidaridad y la paz, que hagan realmente posible la justicia". Ha recomendado el Santo Padre Benedicto XVI al último grupo de Obispos mexicanos, recibidos en visita Ad Limina Apostolorum el 29 de septiembre, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico. Los Obispos, acompañados por el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo de Guadalajara, pertenecían al grupo del ‘Sur Oriente’, que comprende las Archidiócesis y Diócesis de las Provincias eclesiásticas de Acapulco, Antequera y Yucatán.
El Santo Padre ha recordado el empeño de la Iglesia "erradicar cualquier forma de marginación, orientando a los cristianos a practicar la justicia y el amor" compartiendo los recursos con los hermanos más necesitados. "Es necesario no sólo aliviar las necesidades más graves, sino que se ha de ir a sus raíces, proponiendo medidas que den a las estructuras sociales, políticas y económicas una configuración más ecuánime y solidaria. Así la caridad estará al servicio de la cultura, de la política, de la economía y de la familia, convirtiéndose en cimiento de un auténtico desarrollo humano y comunitario".
La riqueza de la cultura, de la historia y de las tradiciones del pueblo mexicano, también se manifiesta con su alegría y su profundo sentido de la fiesta. "Ésta es una de las muestras del júbilo cristiano ya desde la primera evangelización - ha dicho el Santo Padre -, que da gran expresividad a las celebraciones y manifestaciones de la religiosidad popular. Corresponde a los Pastores orientar esta peculiaridad tan común en los fieles mexicanos hacia una fe sólida y madura, capaz de modelar una conducta de vida coherente con lo que se profesa con alegría. Ello avivará también el creciente impulso misionero de los mexicanos".
En la parte conclusiva de su discurso, el Santo Padre ha puesto de relieve que también en México se "manifiesta en muchas expresiones el 'genio' de la mujer", y a este propósito ha afirmado: "sigue siendo un desafío de nuestro tiempo cambiar de mentalidad, para que sean tratadas con plena dignidad en todos los ambientes y se proteja también su insustituible misión de ser madres y primeras educadoras de los hijos". Otro sector importante lo constituye la pastoral juvenil: "En muchos de ellos existe el falso concepto de que comprometerse o tomar decisiones definitivas hace perder la libertad. Conviene recordarles, en cambio, que el hombre se hace libre cuando se compromete incondicionalmente con la verdad y el bien. Sólo así es posible encontrar un sentido a la vida y construir algo grande y duradero si tienen a Jesucristo como centro de su existencia". Por último, el Santo Padre ha invitado a los Obispos a "a caminar y actuar concordes en un espíritu de comunión, que tiene su cumbre y su fuente inagotable en la Eucaristía". El Congreso Eucarístico Internacional de Guadalajara, ha dejado huellas profundas en el pueblo fiel, que conviene seguir manteniendo como un tesoro de fe celebrada y compartida". (S.L) (Agencia Fides 30/9/2005; Líneas: 45 Palabras: 628)


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