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Lahore (Agencia Fides) - "Los hijos de san Francisco en Pakistán trabajan por llevar un mensaje y un testimonio de paz y reconciliación en una sociedad atravesada por violencia e intolerancia", afirman los frailes capuchinos de Pakistán, cuando en el país existe una difundida preocupación por los dos nuevos atentados que en la noche entre el 8 y 9 de septiembre han atacado dos restaurantes americanos en la ciudad de Karachi, el gran puerto del sur del Pakistán.
Los estallidos, causados por mecanismos de fabricación artesanal, han provocado cuatro muertos, y la policía ha abierto una investigación. En una situación que con frecuencia ve episodios de tensión interreligiosa y el emerger de grupos fundamentalistas, el testimonio de los frailes franciscanos es "sencillo y silencioso, humilde, dedicado a la sensibilización en temas de justicia y la paz, diálogo interreligioso, formación de los jóvenes, compromiso en la instrucción y en el sector sanitario", explica el p. Francis Nadeem, recientemente reelegido vice provincial de los frailes Capuchinos en Pakistán.
El P. Francis Nadeem es secretario de la Comisión para el diálogo interreligioso y el ecumenismo en la diócesis de Lahore, que trabaja por promover la educación a la paz entre los jóvenes de diversas comunidades religiosas, "para difundir los valores de armonía social, fraternidad, igualdad, justicia y respeto de toda persona". Según el p. Nadeem, estos valores deberían ser oficialmente insertados en el currículum escolar nacional, ya desde la primera infancia.
La presencia de los frailes capuchinos en Pakistán comenzó con los frailes de Bélgica, que llegaron a la archidiócesis de Lahore en 1888. Desde entonces los frailes han fundado casas de formación en Lahore y Karachi, trabajando en el servicio pastoral a todos los niveles, incluido el campo de las comunicaciones sociales. (PA) (Agencia Fides 9/9/2005 Líneas: 24 Palabras: 302)
