VATICANO - Benedicto XVI invita a tomar conciencia de un dato fundamental en la evangelización: "Allí donde Dios no ocupa el primer lugar, allí donde no es reconocido y adorado como el Bien supremo, la dignidad del hombre se pone en peligro. Es por lo tanto urgente llevar al hombre de hoy a ‘descubrir’ el rostro auténtico de Dios, que se ha revelado en Jesucristo."

lunes, 29 agosto 2005

Castel Gandolfo (Agencia Fides) - "Una extraordinaria experiencia eclesial", así ha sido definida por Benedicto XVI la reciente Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Colonia. “Ha sido un acontecimiento providencial de gracia para toda la Iglesia" dijo también el Papa el domingo 28 de agosto antes de la oración mariana del ángelus, recitada en la residencia de Castel Gandolfo con los peregrinos reunidos en el patio interior del Palacio Apostólico.
El Papa ha recordado que de Colonia "los jóvenes han lanzado a sus Pastores, y en cierto modo a todos los creyentes, un mensaje que es al mismo tiempo una petición: 'Ayúdadnos a ser discípulos y testigos de Cristo. Como los Reyes Magos, hemos venido para encontrarlo y adorarlo'. Refiriéndose luego a las dificultades y los obstáculos que hoy acompañan "la búsqueda auténtica de Cristo y la fiel adhesión a su Evangelio", el Santo Padre ha invitado no sólo los jóvenes sino también a las comunidades y los mismos Pastores a "tomar cada vez más conciencia de un dato fundamental para la evangelización: Allí donde Dios no ocupa el primer lugar, allí donde no es reconocido y adorado como el Bien supremo, la dignidad del hombre se pone en peligro. Es por tanto urgente llevar al hombre de hoy a "descubrir" el rostro auténtico de Dios, que se ha revelado a en Jesucristo… Buscar a Cristo debe ser el incesante anhelo de los creyentes, de los jóvenes y de los adultos, de los fieles y de sus Pastores. Esta búsqueda debe ser animada, sustentada y guiada. La fe no es simplemente la adhesión a un conjunto de dogmas, que apagaría la sed de Dios presente en el alma humana. Al contrario, aquella proyecta al hombre, en camino en el tiempo, hacia un Dios siempre nuevo en su infinitud. El cristiano es por ello contemporáneamente uno que busca y uno que encuentra. Es precisamente esto lo que hace a la Iglesia joven, abierta al futuro, rica de esperanza para toda la humanidad".
En la memoria litúrgica de San Agustín, el Papa Benedicto XVI ha citado sus "estupendas reflexiones" sobre la invitación del Salmo 104 "Quaerite faciem eius semper - Buscad siempre su rostro", haciendo notar que "esta invitación no vale sólo para esta vida; vale también para la eternidad. El descubrimiento del ‘rostro de Dios’ no se acaba jamás. Cuanto más entramos en el esplendor del amor divino, más bello es seguir adelante en la búsqueda". (S.L) (Agencia Fides 29/8/2005; Líneas: 32 Palabras: 471)


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