VATICANO - El discurso de Benedicto XVI al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede: "Todos están llamados a construir una sociedad pacífica, para vencer la tentación de enfrentamientos entre culturas, etnias y mundos diferentes"

viernes, 13 mayo 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Papa Benedicto XVI ha recibido en audiencia en la Sala Regia en el Vaticano a todos los Embajadores del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, en la mañana del jueves 12 de mayo. Publicamos a continuación algunos pasajes del discurso pronunciadas por el Santo Padre.
"Al dirigirme a vosotros, mi pensamiento se dirige también a los países que representáis y a sus dirigentes. Pienso también en las naciones con las que la Santa Sede no mantiene todavía relaciones diplomáticas. Algunas de ellas se han asociado a las celebraciones con motivo del fallecimiento de mi predecesor y de mi elección a la Sede de Pedro. Apreciando estos gestos, deseo hoy expresarles mi gratitud y dirigir un saludo deferente a las autoridades civiles de esos países, formulando el deseo de verles representados cuanto antes ante la Sede apostólica. De esos países, en particular de aquellos en los que las comunidades católicas son numerosas, me han llegado mensajes que he apreciado particularmente. Quisiera manifestar el gran aprecio que siento por estas comunidades y por el conjunto de los pueblos a los que pertenecen, asegurándoles a todos que están presentes en mi oración"(…)
"¡Al encontrarme con vosotros, ¡cómo no evocar el largo y fecundo ministerio del querido Papa Juan Pablo II! Misionero incansable del Evangelio en los numerosos países que visitó, ofreció además un servicio único a la causa de la unidad de la familia humana. Ha mostrado el camino hacia Dios, invitando a todos los hombres de buena voluntad a reavivar sin cesar su conciencia y a edificar una sociedad de justicia, de paz, de solidaridad, en la caridad y el perdón recíproco” (…)
"Vengo de un país en el que la paz y la fraternidad ocupan un gran lugar en el corazón de sus habitantes, en particular, de aquellos que, como yo, conocieron la guerra y la separación entre hermanos pertenecientes a una misma nación, a causa de ideologías devastadoras e inhumanas que, encubiertas de sueños y de ilusión, impusieron a los seres humanos el yugo de la opresión. Comprenderéis por tanto que soy particularmente sensible al diálogo entre todos los hombres, para superar todas las formas de conflicto y de tensión, y para hacer de nuestra tierra una tierra de paz y de fraternidad. Uniendo sus esfuerzos, todos juntos, las comunidades cristianas, los responsables de las naciones, los diplomáticos y todos los hombres de buena voluntad, están llamados a construir una sociedad pacífica para vencer la tentación del enfrentamiento entre culturas, etnias y mundos diferentes "(…)
"La Iglesia no deja de proclamar y defender los derechos humanos fundamentales, desgraciadamente violados todavía en diferentes partes de la tierra.... No pide ningún privilegio para ella misma, sino únicamente las condiciones legítimas de libertad y de acción para cumplir con su misión". (S.L) (Agencia Fides 13/5/2005; Líneas: 27 Palabras: 500)


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