EUROPA/POLONIA - Krzysztof Zanussi es el director de la primera película sobre el Papa sobre un argumento de Diego Herreros

domingo, 3 abril 2005

Roma (Agencia Fides) - La primera película dedicada a la figura del Santo Padre data de 1981, titulada "De un país lejano”, y fue dirigido por el director polaco Krzysztof Zanussi. Cezary Morawski fue el actor que interpretó al Papa. El argumento de la película es del gran autor dramaturgo italiano Diego Fabbri y el guión fue firmado por Jan Josef Seceepanski. La película comienza en 1926, cuando Karol Wojtyla, todavía niño, asiste con el padre, en Kalvaria, a la conmemoración de la pasión de Cristo. Lo vemos luego de joven, en Cracovia, apasionado por la literatura y el teatro.
En el 1939, los alemanes invaden Polonia. Karol tiene 19 años y es testigo de los horrores de la ocupación nazi y del heroísmo del pueblo polaco, apoyado por su tenaz fe. De estudiante universitario para sobrevivir trabaja como obrero en una fábrica química, la Solvay y, profundamente fascinado por el Card. Sapieha, arzobispo de Cracovia, decide ser sacerdote. Inútil detenerse analíticamente sobre los diversos personajes y sobre los múltiples episodios de la película, que tienen cada uno su importancia, porque le brindan al director la ocasión de presentar las varias clases sociales polacas, desde los políticos a los militares, de los obreros a los campesinos, de los intelectuales a los clérigos, con sus problemas, su mentalidad, sus angustias, sus luchas, sus victorias y derrotas: el escritor Tadek, la actriz obrera Wanda, Giosuè hebreo y miembro de la dirección del partido, el joven Stefan en contraste continuo con el padre: el obrero Wladek; los diversos clérigos, de entre los que destaca el heroico p. Kolbe y el príncipe arzobispo de Cracovia, Card. Sapieha.
Así la epopeya de un pueblo revive en lo humilde y a menudo heroico drama cotidiano de sus hijos, sea en los períodos duros del nazismo y el estalinismo, sea en los años posteriores, simbolizados por la ciudad modelo socialista, sin iglesias: Nowa Huta. Pero el pueblo se rebela, levanta una cruz, la defiende día y noche, defendiendo de este modo su única fuerza y esperanza: la fe católica. Al fin el pueblo vence y la iglesia de Nowa Huta es una realidad. En el ínterin Karol Wojtyla es ordenado sacerdote. Estudia en Roma, viaja a Francia, Bélgica y desarrolla, en su país, un fructuoso apostolado en la predicación, en la escuela, en la asistencia religiosa a los universitarios. Cuando todavía no tenía ni cuarenta años, es consagrado obispo y participa en el Concilio Vaticano II, donde colabora en la redacción del decreto sobre la Iglesia y el mundo contemporáneo. Karol Wojtyla es cardenal, arzobispo de Cracovia, cuando participa en el cónclave, después de la muerte de Juan Pablo I y es elegido Papa. Es un día de regocijo, de premio y de triunfo para el catolicismo polaco.
La película acaba con la visita de Juan Pablo II en Polonia, en 1979, a Cracovia, donde el Papa vestido de blanco, irrumpe en la pantalla y se va convirtiendo visualmente en el protagonista de la película en medio de una muchedumbre inmensa, infundiendo un sentido de seguridad y de paz, donde antes había ansiedad y desaliento. Entre los rostros, radiantes de entusiasmo y con lágrimas, reconocemos a algunos personajes de la película. Zanussi consigue integrar hábilmente un documental, creando una escena entre las más grandiosas de la película y exaltando con Juan Pablo II la epopeya de un "País lejano", que, hoy, por sus vicisitudes, es el centro de la atención mundial. Por desgracia, en la versión italiana de la película se realizaron uno de ellos, al menos, significativo: no se entiende el motivo del enfrentamiento y ni de la aversión de Wanda respecto a Tadek, que luego será su marido. La razón está en la colaboración de Tadek con el partido comunista. (A.P) (Agencia Fides 3/4/2005, Líneas: 44 Palabras: 645)


Compartir: