VATICANO - El Papa en el ángelus: "Queridos jóvenes, continuad sin cansaros el camino emprendido par ser por doquier testigos de la Cruz gloriosa de Cristo. ¡No tengáis miedo! Que la alegría del Señor, crucificado y resucitado, sea vuestra fuerza, y que María Santísima esté siempre a vuestro lado.

lunes, 21 marzo 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La celebración del domingo de Ramos y la Pasión del Señor en la plaza de San Pedro, estuvo ayer presidida por el Cardenal Camillo Ruini, Vicario general del Santo Padre para la Diócesis de Roma. Al término del rito Juan Pablo II se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para recitar el ángelus con los fieles y peregrinos. Las palabras del Papa antes de la oración mariana, fueron leídas por el Sustituto de Secretaría de Estado, el Arzobispo Leonardo Sandri. A continuación el texto del Papa.
"¡Queridos Hermanos y Hermanas! Con gran alegría os saludo, al final de la solemne celebración del domingo de Ramos, y agradezco al Cardenal Camillo Ruini que, en mi nombre, la ha presidido. Hace veinte años, precisamente en esta plaza, comenzaron las Jornadas Mundiales de la Juventud. Por este motivo, hoy me dirijo de modo particular a los jóvenes. A vosotros, queridos jóvenes que estáis aquí presentes, y a los de todo el mundo.
¡Queridos jóvenes! En el próximo mes de agosto tendrá lugar el Encuentro mundial de la Juventud en Colonia, en el corazón de Alemania y de Europa. En la estupenda catedral de aquella ciudad se veneran las reliquias de los santos Magos, que por ello, se han convertido, en cierto sentido, en vuestros guías hacia esa cita. Ellos vinieron del oriente para rendir homenaje a Jesús y declararon: “Hemos venido para adorarlo" (Mt 2,2) . Estas palabras, así ricas en sentido, constituyen el tema de vuestro itinerario espiritual y catequístico hacia la Jornada Mundial de la Juventud. Vosotros adoráis hoy la Cruz de Cristo, que lleváis por todo el mundo porque habéis creído en el amor de Dios, que se reveló plenamente en Cristo crucificado.
¡Queridos jóvenes! Cada vez más me doy más cuenta de cómo fue providencial y profético el que este día, Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, se convirtiera en vuestra jornada. Esta fiesta contiene una gracia especial, la de la alegría unida a la Cruz, sintetiza el misterio cristiano.
Os digo hoy: continuad sin cansaros el camino emprendido el camino emprendido para ser por doquier testigos de la Cruz gloriosa de Cristo. ¡No tengáis miedo! Que la alegría del Señor, crucificado y resucitado, sea vuestra fuerza, y que María Santísima esté siempre a vuestro lado. (S.L) (Agencia Fides 21/3/2005; Líneas: 30 Palabras: 441)


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