ASIA/FILIPINAS - La paz entre el gobierno y los rebeldes musulmanes más difícil en Filipinas, después de la matanza de algunos militantes del grupo "Abu Sayyaf" en la cárcel de Manila

miércoles, 16 marzo 2005

Manila (Agencia Fides) - Es un episodio que podría complicar las relaciones entre grupos musulmanes y el gobierno de Manila, el que sucedió ayer, 15 de marzo, en la cárcel de máxima seguridad de Camp Bagong Diwa, en la periferia de Manila. El día anterior, estalló en el penitenciario una revuelta de los presos, conducida por milicianos islámicos de "Abu Sayyaf", que pedían procesos más veloces y condiciones mejores para los prisioneros. Después de algunas horas de negociaciones, las fuerzas especiales filipinas irrumpieron en la cárcel matando a 22 presos, entre ellos, tres jefes del grupo Abu Sayyaf, y fueron heridos seis policías.
"Abu Sayyaf" es el pequeño grupo de los rebeldes musulmanes que opera al Sur de Filipinas, dedicado a secuestros y responsable también de los últimos atentados que han revuelto el país el 14 de febrero, el día de San Valentín. El grupo está incluido en la lista de las formaciones terroristas redactada por el Departamento de Estado Americano. Después del episodio, el grupo ha prometido “llevar la guerra a la capital", reivindicando la discriminación del estado respeto a la minoría musulmana.
Comentando el episodio en un coloquio con Fides el p. Eliseo Mercado, misionero filipino, profundo conocedor de la realidad de Mindanao, ha declarado: "En las relaciones con los musulmanes el presidente Arroyo está siguiendo una línea que le garantice la máxima popularidad, y hoy una acción por fuerza es popular. Ha favorecido la visión del puño de hierro hacia los rebeldes, llevada adelante por el Ministro de Interior Angelo Reyes. Este episodio ha sido considerado por los musulmanes como una venganza por las acciones de San Valentín. Por ello sus amenazas son hoy serias y creíbles. Ellos tienen la percepción de que no hay justicia para ellos en el marco de este sistema legal, sólo ven la represión hacia ellos. Por desgracia, esto hace difícil una aproximación con el gobierno, levanta un muro entre ambas partes, mina la confianza y la esperanza. Por tanto, hace el juego a los radicales, que quieren el enfrentamientos y no el diálogo, como está ocurriendo en las islas Sulu. Hoy se necesitaría por el contrario, tratar de separar los moderados de los extremistas, no considerando a todos los musulmanes del Sur como terroristas. Mientras continúa la guerra en Jolo y temo que, después de este acontecimiento, hablar de negociaciones y de paz será mucho más arduo." (PA) (Agencia Fides 16/3/2005 Líneas: 31 palabras: 426)


Compartir: