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Pretoria (Agencia Fides) - La pobreza mata cada semana el mismo número de víctimas que el Tsunami que golpeó el Sudeste de Asia. Afirman los Obispos sudafricanos en una declaración concedida ayer al final de su sesión plenaria que concluyó ayer 2 de febrero.
Según los Obispos la lucha contra la pobreza continua siendo no sólo el desafío principal para los países más pobres, sino para toda la humanidad. Por ello, se pide un esfuerzo decidido para solucionar la cuestión de la deuda de los países pobres. A pesar de tantas promesas y solemnes declaraciones de cancelación de la deuda, los ciudadanos de los estados empobrecidos continúan siendo gravados por el pago de 100 millones de dólares al día para pagar la deuda internacional.
Los Obispos piden pues un procedimiento transparente para la cancelación de la deuda, ampliando el número de los países admitidos a los programas de revisión de la deuda.
Al mismo tiempo, se pide a los países industrializados y a las instituciones internacionales que favorezcan el nacimiento de un sistema financiero y comercial global más justo que proteja los puestos de trabajo de las comunidades más vulnerable y que garantice los servicios públicos esenciales a favor de las poblaciones más pobres. Los Obispos recuerdan también el compromiso de los países desarrollados a ofrecer fondos para la ayuda al desarrollo de al menos el 0,7% de su Producto Interior Bruto, pero sin condicionar la concesión de ayudas al pago de la deuda.
Paralelamente, los Obispos afirman que también los líderes de los países subdesarrollados tienen sus responsabilidades. En particular tienen que actuar serios programas de desarrollo, luchar contra la corrupción y promover el buen gobierno en la administración pública.
Los Obispos reafirman por último, su compromiso de realizar programas para hacer frente la pobreza, en colaboración con instituciones nacionales e internacionales. (L.M) (Agencia Fides 3/2/2005 Líneas: 24 Palabras: 331)
