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Luanda (Agencia Fides) - ¿Cómo se vive la Navidad en Angola después de 2 años del fin de la guerra civil que duró 25 años? Fides ha preguntado a un misionero que trabaja en Lunda Norte al Noreste de Angola que ha enviado este testimonio: "14 años de guerra de liberación y los siguientes 27 de guerra civil son un proceso de aculturación brutal y radical para cualquier sociedad humana, a con mayor razón, para el Noreste de Angola, poblado por los lunda-chokwe, que durante siglos ha se han sentido orgullosos de sus propias e historia.
La guerra ha obligado a la población, casi en su totalidad rural, a refugiarse en las ciudades, cambiando completamente sus costumbres de vida. ya no ritmaban la vida y la existencia de antes, los ritos de paso, las fiestas tradicionales sino el miedo de emboscadas y represalias, la violencia que desnaturalizaba todas las relaciones humanas, la búsqueda desesperada de comida para la supervivencia, la precariedad de la situación de los desplazados.
La Navidad ha entrado así en el bagaje cultural de los lunda-chokwe, ilusión de un modo de vida urbanizada, modernizada, globalizado, de lasnotas de la radio y de las imágenes de la televisión. La Navidad de la modernidad ha reemplazado las fiestas tradicionales, no como fiesta religiosa, sino sobre todo como ocasión para evadirse de una realidad desoladora, para ahogar en la abundancia de un banquete memorables miedos y frustraciones de todo un año. Y cuando en nuestras iglesias del Noreste se hace un poco de catequesis sobre el sentido religioso de la Navidad, uno se enfrenta con las perplejidades, el complejo de inferioridad del pequeño rebaño de los católicos, siempre blanco de las acusaciones de las sectas, sincretistas, pentecostales, fundamentalistas: ¿dónde está escrito en el Biblia que Jesús nació el 25 de diciembre? ¿Por qué inventa la Iglesia católica solemnidades y celebraciones que no tienen fundamento en la Palabra de Dios, y los creyentes inducen a la idolatría?
Tan solo ahora conocen nuestros católicos la Misa de Medianoche, la sugestiva misa del anuncio del nacimiento del Salvador. En los años de guerra el toque de queda impedía cualquier actividad y concentración después de la puesta del sol. Pero todo esto no le impide a Dios hablar al corazón de los creyentes, a través de la fiesta de la Navidad. Existe la conciencia entre los cristianos de nuestra región de que la Navidad es la celebración de un acontecimiento que ha cambiado radicalmente la historia del propio pueblo. El nacimiento de Jesús merece ser recordado y celebrado, porque la vida de la gente ya no es la misma después de que lo ha conocido y seguido. Jesús ha traído la luz de la palabra de Dios a un pueblo que caminaba en tinieblas. Uno puede estar orgulloso de la propia historia, de la propia particularidad cultural, pero ante la persona y la palabra de Jesús uno se da cuenta de la propia pobreza, de los límites de la humanidad, de las propias concepciones, de las propias creencias.
La gente tiene conciencia de que ciertas formas de la tradición, del propio patrimonio cultural y existencial, son una opresión, son un obstáculo a una vida serena, realizada: la brujería, la venganza, el tribalismo, las prácticas mágicas. Jesús enseña a tener el valor de librarse de todo eso, de pensar de nuevo en la propia cultura y la propia existencia sin hacer ya referencia a estos elementos tradicionales. La Navidad, el nacimiento de Jesús es la celebración de un nuevo nacimiento del pueblo lunda-chokwe. El hombre que acepta el acontecimiento de un Dios hecho niño, hace la experiencia nueva de entender quien es ese Dios, Zambi, de quien están llenos los refranes, los cantos tradicionales, pero que es algo más de una palabra misteriosa. Jesús nos desvela que Dios es una persona en la que se puede confiar, que no traiciona las expectativas, que no abandona nunca a quién se confía a El, que nos acompaña en nuestro esfuerzo por construir una nueva humanidad". (L.M) (Agencia Fides 23/12/2004 Líneas: 47 Palabras: 685)
