AMERICA/MEXICO - Congreso Eucarístico Internacional - "La participación en la Celebración Eucarística da vida y energía espiritual a nuestra misión" afirma el Card. Francis Arinze, en el día dedicado al tema "Eucaristía misterio de comunión y misión"

jueves, 14 octubre 2004

Guadalajara (Agencia Fides) - “Eucaristía misterio de comunión y misión": este el tema del tercer día, 13 de octubre, del 48º Congreso Eucarístico Internacional. Los trabajos comenzaron con la Santa Misa presidida por el Card. Francis Arinze, Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos. El Card. Arinze articuló su homilía en tres puntos: "Eucaristía, Misterio de Comunión"; "Misión de la Iglesia”; “La Eucaristía nos envía en misión". Tomando ocasión del pasaje evangélico de Juan sobre la vid y los sarmientos (Jn 15,5) el Cardenal explicó que en la Eucaristía se encuentra el fundamento de nuestra comunión con Cristo y con los hermanos, y es la fuente de la misión. "Jesús - ha dicho el Purpurado - nos une a Él de modo admirable cuando lo recibimos sacramentalmente en la Eucaristía. Además en el misterio de la Santa Eucaristía, Jesús no sólo nos une a Él, sino también al prójimo. En efecto, la participación común en el Cuerpo y Sangre de Cristo, nos hace un sólo cuerpo: El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un sólo cuerpo, porque todo comemos del mismo pan".
La Eucaristía, misterio de comunión con Cristo y con los hermanos, al mismo tiempo nos envía a una misión. Jesús enviado por su Eterno Padre para redimir el mundo, ha mandado su Iglesia para llevar a todos los frutos de la redención. La misión de la Iglesia es acercar a todo hombre, para que todos conozcan al único y verdadero Dios, y así todo hombre pueda encontrar la salvación en Jesucristo, el único Salvador de toda la humanidad. Además la Iglesia, testigo de Cristo, en su misión también se compromete a sanar las divisiones entre los pueblos, causadas por la raza, clase social, factores económicos, políticos o por otros motivos, "porque sólo así podrá comenzar la verdadera unión fraterna, que pedimos en la oración después de la comunión de esta Misa, como fruto de nuestra acogida del Cuerpo y la Sangre de Cristo" puntualizó el Card. Arinze.
Continuando su homilía, el Cardenal subrayó fuertemente que el apostolado es, en primer lugar, efecto de la gracia de Dios y solo en segundo lugar, es el resultado de nuestro esfuerzo, porque así "como el sarmiento no puede dar fruto por si mismo si no permanece unido a la vid, así tampoco vosotros daréis fruto si no permanecéis unidos a Mi" (Jn 15, 4). A continuación reveló que "la Eucaristía es el manantial y, al mismo tiempo, la cumbre de toda la evangelización, porque su objetivo es la comunión de los hombres con Cristo y, en Él, con el Padre y con el Espíritu Santo"... "La Eucaristía, por tanto, posibilita que la Iglesia dé testimonio de Cristo, que los mártires ofrezcan su vida por Jesús y que los misioneros vayan a tierras lejanas para proclamar a Cristo". Es la Eucaristía la que nos enseña a los cristianos como tenemos que lavar los pies unos a los otros, como ejercitar la solidaridad entre los pobres y necesitados, como tenemos que edificar las comunidades, bajo el signo del perdón recíproco, de la superación de las divisiones, de la promoción de un armonía social, del amor y de la mutua aceptación.
El Card. Peter Kodwo Appiah Turkson, Arzobispo de Cape Coast (Ghana-África), en su relación sobre el sentido de la Fe en la Eucaristía en África, ha ilustrado ampliamente con ejemplos concretos como la cultura y las costumbres africanas ofrecen un punto de partida útil para la presentación y la acogida de la fe en la Eucaristía, pero al mismo tiempo solicitan una esmerada e idónea catequesis sobre el Misterio Eucarístico para no menosprecies su sentido auténtico.
El Card. Jozef Tomko, Legado Pontificio, en su homilía durante la Concelebración Eucarística que reunió a más de 5000 miembros de la Federación mundial de los Adoradores nocturnos de la Eucaristía, exhortó a que no se avergonzasen de manifestar su amor a Jesús y de pertenecer a esta obra eucarística, y a que llenasen su vida de Cristo. Después los exhortó a no dejar nunca la devoción contemplativa, antes bien, hacer que se convierta en vida en los actos cotidianos de caridad hacia el prójimo. (R.Z) (Agencia Fides 14/10/2004; Líneas: 48 Palabras: 735)


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