ASIA/FILIPINAS - Llamamiento de los Obispos: el aporte de todos los ciudadanos para ayudar al gobierno a hacer frente a la crisis fiscal. “Superar la crisis no es sólo un problema del gobierno sino interés de cada uno”

miércoles, 1 septiembre 2004

Davao (Agenzia Fides) - Fuerte llamada de los Obispos filipinos a la moralización del país, para desenraizar la corrupción y ayudar al Estado a sanear la economía y a luchar contra la pobreza.
Mons. Fernando Capalla, Arzobispo de Davao y Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, envió, ayer 31 de agosto, una carta pastoral titulada “Compartimos todos: una respuesta a la crisis fiscal”. En el texto se afirma: “Si todos nosotros, que somos 85 millones de ciudadanos, ofrecemos un peso cada uno, juntaremos 85 millones de pesos: un aporte que puede ayudar al gobierno a encarar la crisis económica”.
El Arzobispo recordó una actitud de este tipo de la parte de los ciudadanos tailandeses y coreanos durante la crisis económica que afectó Asia a finales de los años 90. “Ahora nuestro gobierno - destacó - necesita dinero para alcanzar un bien común”. Eso “no puede ser sólo un problema del gobierno, sino que es interés de cada uno”.
Mons. Capalla, quien hace notar que habla como Arzobispo de Davao, escribe: “No empecemos diciéndoles a los demás lo que deben hacer. Ante todo hagámoslo nosotros mismos”.
Según el Arzobispo, no importa el valor de la suma que se recoja, sino que lo importante es el mensaje. “El bien común es un imperativo moral”.
La carta se pone dentro del debate que hoy está viviendo la política filipina: la Presidenta Gloria Arroyo, recién elegida, pidió a su pueblo un tiempo de sacrificios para poder hacer frente al grave déficit de balance (más de 60 mil millones de dólares estadounidenses) con que están gravadas las cajas del Estado.
En los días pasados también Mons. Gaudencio Rosales, Arzobispo de Manila, se unió a los que pidieron a los Parlamentarios filipinos la reducción de las financiaciones gubernamentales que reciben (70 millones de pesos al año) para repartirlos bajo forma de proyectos y financiaciones en las circunscripciones donde fueron elegidos (se trata del llamado “pork barrel”). Gran parte de este dinero acaba en la trama de la corrupción.
(PA) (Agencia Fides 1/9/2004, línea 31, palabras 356)


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