ASIA/MYANMAR - Más de 1.300 seminaristas en la pequeña comunidad de 600.000 católicos en Myanmar (ex Birmania) que prepara misioneros para Asia central

viernes, 16 julio 2004

Hakha (Agencia Fides) - Es una Iglesia en la que crecen las vocaciones la del Myanmar (ex Birmania): ha dicho. Mons. Nicholas Mano Thang, Obispo de Hakha, en Myanmar Occidental, en la frontera con la India, durante una visita por Europa, en la que se ha reunido con los representantes del ente de derecho pontificio “Ayuda a la Iglesia Necesitada”. “Hay al menos 70 seminaristas sólo en mi diócesis, pero toda la comunidad está en crecimiento": en efecto, en total son al menos 1.300 estudiantes en los diversos seminarios situados por el país. "Y yo ya he dado el visto bueno al nacimiento de dos nuevas congregaciones religiosas diocesanas", explica el Obispo, de 61 años, a la cabeza de una diócesis erigida en 1992, que hoy cuenta con 75.000 católicos, sobre una población de unas 970.000 personas.
"Nuestra prioridad es ofrecer una sólida formación a los sacerdotes y a los seminaristas: y también estamos formando a sacerdotes para mandarlos como misioneros a otras diócesis de Myanmar y del extranjero, especialmente en los países de Asia central."
El Obispo ha subrayado que "en un país de mayoría budista, estamos empleándonos mucho para mejorar las relaciones ecuménicas e interreligiosas. Ya hemos formado una Comisión, con los miembros de diversas denominaciones Protestantes, y está en programa crear otra, que comenzará en el 2005, con representantes del Budismo, Cristianismo, Islam e Hinduismo."
En Myanmar, de 51 millones de habitantes, hay 606.000 católicos divididos en 12 diócesis. Con 16 Obispos, 600 sacerdotes, más de 1.400 religiosos y religiosas, 3.000 catequistas, la pastoral de la Iglesia continua con las actividades catequéticas, litúrgicas y caritativas. La comunidad está muy unida, a nivel de Obispos y fieles. A pesar del control impuesto por la junta militar al poder, se puede rezar en las iglesias y la evangelización es confiada sobre todo a los catequistas laicos, que frecuentan cursos de formación y luego visitan a las familias en las aldeas aisladas.
La comunidad cristiana también es activa desde el punto de vista social: administra escuelas, dispensarios, hospitales, sobre todo en las áreas remotas y gracias al auxilio de las congregaciones religiosas. A menudo el personal religioso o laico trabaja en estructuras gubernativas, especialmente en las áreas más pobres. La Iglesia asiste a pobres y refugiados, pero, en todo caso, goza de una libertad limitada. La comunidad sigue padeciendo el control del régimen al poder. También los movimientos de los Obispos son limitados, pero las ordenaciones episcopales y sacerdotales no sufren interferencias gubernativas. (PA) (Agencia Fides 16/7/2004 Líneas: 32 Palabras: 436)


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