ASIA/FILIPINAS - La reforma agraria, test clave para el nuevo presidente de Aquino

jueves, 27 mayo 2010

Manila (Agencia Fides) – “Será la tan esperada reforma agraria, una reforma por sistema en discusión desde hace décadas, el test clave para el nuevo Presidente Benigno Aquino. Lo será para los votantes para conocer las verdaderas intenciones y las directrices del nuevo líder”: Lo afirma en una entrevista con la Agencia Fides P. Sócrates Mesiona, sacerdote de Manila y Director de las Obras Misionales Pontificias en el país. P. Mesiona explica: “La familia Cojunangco-Aquino, de la cual proviene Benigno, es adinerada, es una de las familias más poderosas del país, con ramificaciones importantes en la economía nacional. Será interesante ver cómo y si el nuevo presidente se propone llevar a cabo la reforma agraria, que prevé un mecanismo de redistribución de las tierras a los campesinos”.
Sólo la “Hacienda Luisita” de hecho - la gran finca de la familia Cojunangco-Aquino, ubicada a unos 100 kilómetros al norte de Manila - se ha convertido, a lo largo de los años en un símbolo de las dificultades de las Filipinas para poner en práctica la reforma agraria, desde los tiempos de Gobierno de la Presidenta Corazón Aquino (1986-1992), madre de Benigno.
Mirando hacia el futuro de la nación, p. Mesiona dice a Fides: “Aquino ha sido elegido por su programa de lucha contra la corrupción y gracias al recuerdo que el pueblo tiene de sus padres, Benigno sr. y Corazón. En esta etapa de la historia nacional, hace falta un líder que una e inspire al país, con su personalidad, con su ejemplo, con su autoridad moral. Si los vértices del Estado están implicados en escándalos y acusados de corrupción, todos los ciudadanos se ven animados a prácticas corruptas. En esta lucha, la Iglesia siempre ha estado en primera línea, y ha señalado la urgencia de un nuevo curso, hecho de transparencia y credibilidad”.
Otros retos que el nuevo presidente tendrá que afrontar en el campo socio económico, son, según el misionero, “la desigualdad, que se ha agravado, entre ricos y pobres; la creación de una atmosfera creíble para favorecer la recuperación económica, con reglas claras que favorezcan la inversión; el potenciar la red de infraestructuras como la electricidad que, en algunas zonas del sur, se tiene sólo seis horas al día”.
Sobre la cuestión de la pacificación del Sur, p. Mesiona afirma: “El conflicto de Mindanao se encuentra dentro de un cuadro muy complejo, lleno de variables y denso de fenómenos sociales, económicos, culturales y religiosos que se entrelazan entre sí. Lo que es cierto es que la gente normal quiere la paz, y de aquí hay que partir de nuevo.
El diálogo interreligioso puede ayudar a superar la fragmentación social y étnica de Mindanao”. (PA) (Agencia Fides 27/05/2010)


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