ASIA/VIETNAM - Indignación y preocupación en todo el mundo por los ataques contra los fieles de Hanoi

sábado, 23 enero 2010

Hanoi (Agencia Fides) – Los ataques que se están verificando contra religiosos y fieles en la parroquia de Dong Chiem, en Hanoi, están creando seria preocupación incluso en los ambientes vaticanos. Tras la visita del presidente Nguyen Minh-Triet y el encuentro con Papa Benedicto XVI – y toda la esperanza manifestada en aquella ocasión – todos se esperaban mayor comprensión por parte del gobierno frente a los creyentes en Cristo, y seguramente nada de reacciones tan violentas y obstáculos tan absurdos a la libertad de culto y de religión.
La situación en la parroquia de Dong Chiem, en la Arquidiócesis de Hanoi, ha degenerado rápidamente, narra a Fides una fuente vietnamita. Después que el 6 de enero pasado, la policía destruyó una cruz presente en una colina, en el área de Dong Chiume, religiosos y fieles que habían protestado pacíficamente fueron arrestados y golpeados (la última víctima es el sacerdote Redentorista P. Nguyen Van Khai, brutalmente golpeado) y la parroquia fue rodeada por la policía, impidiendo el ingreso a todo el mundo.
Indignación y protestas se han levantado en la Iglesia de Vietnam y también en el extranjero, donde las comunidades vietnamitas en diáspora han relanzado y difundido las noticias de las violencias. “Se trata del ataque a un símbolo religioso como el crucifijo: derribarlo tiene un significado que va más allá del simple gesto”, explica la fuente de Fides. Las autoridades han explicado que el crucifijo había sido puesto sin permiso en un terreno estatal y han negado haber usado violencia contra los manifestantes.
La Arquidiócesis de Hanoi ha difundido un comunicado que afirma: “tras haber derrumbado y destruido la cruz del monte Tho, las autoridades locales siguen aterrorizando el espíritu de los fieles de la parroquia, insultando y calumniando al párroco y fieles. Al mismo tiempo han movilizado cientos de agentes de la policía móvil para realizar un asedio a la parroquia y prohibir el acceso”. Notando esta represión inmotivada, el texto pide “a toda la familia de los fieles de la Arquidiócesis que continúen rezando por la Iglesia de Dong Chiem y por los fieles golpeados y arrestados”, con la convicción de que estos “se unen al misterio de la cruz de Cristo”. El comunicado pide también “el respeto fundamental de los derechos humanos para que ene l país pueda reinar la paz, la justicia y la democracia”.
Los Obispos de la provincia eclesiástica del Vietnam del norte han ofrecido pleno apoyo al Arzobispo de Hanoi, Su Exc. Mons. Joseph Ngo Quang Kiet, expresando en una carta “sentimientos de profunda conmoción y solidaridad” por lo sucedido, “deplorando la actitud del gobierno en los conflictos que lo oponen a las diversas comunidades religiosas”, resaltando que “la Iglesia Católica busca participar en la edificación de una gran familia vietnamita, que viva en paz y en el respeto mutuo”. (PA) (Agencia Fides 23/01/2010; líneas 34, palabras 480)


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