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Ho Chi Minh Ville (Agenzia Fides) - "La Evangelii Gaudium es un documento fundamental para la Iglesia universal y también lo es para la Iglesia en Vietnam. No ha tardado en traducirse al vietnamita y luego ha sido compartido, leído y meditado en nuestras comunidades. A partir de esta lectura, el Espíritu Santo ha suscitado una hermosa experiencia misionera para nuestra Iglesia local en Ho Chi Minh Ville: Hemos puesto en marcha pequeñas 'estaciones misioneras' diseminadas por todo el territorio, en lugares y barrios periféricos o más abandonados, para hacer sentir nuestra cercanía a la gente, especialmente a los más pobres", explica a la Agencia Fides monseñor Joseph Bui Cong Trac, obispo auxiliar de Ho Chi Minh Ville, que informa de cómo la exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco -de cuya publicación se cumplen diez años, el 24 de noviembre de 2023- ha sido una chispa para la "conversión misionera" de la Iglesia local.
"En las estaciones de misión hay sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, que dan testimonio del amor de Cristo, hablan con la gente, rezan, escuchan sus necesidades, responden a ellas con obras de caridad", explica. "Evidentemente, en esta iniciativa hemos tenido que encontrar pacientemente un acuerdo con las autoridades civiles, ya que en Vietnam podemos celebrar liturgias en nuestros lugares de culto, no fuera de ellos. Pero, gracias al diálogo, se han superado los obstáculos y esta experiencia continúa, dando muy buenos frutos. Los miembros de nuestras comunidades cristianas se comprometen en actos de caridad, especialmente en beneficio de niños sin educación o de ancianos necesitados de cuidados. La gente, especialmente los pobres, comprende que en esos gestos gratuitos está el mensaje del amor de Jesús. Y en lugares de misión, hemos registrado adultos que piden hacerse cristianos e iniciar su camino hacia el bautismo", señala.
El obispo tabién recuerda: "Esta experiencia de 'presencia evangélica' me ha traído a la memoria los inicios de mi vocación al sacerdocio, nacida, en mi juventud, gracias al ejemplo de un párroco que dedicaba todo su tiempo, sus energías, su vida a la gente: don Francisco Javier, de la parroquia del Inmaculado Corazón de María. Gracias a su testimonio de entrega gratuita, el Señor hizo brotar en mi corazón la vocación sacerdotal. Sin embargo, como los seminarios se cerraron en los años ochenta (por orden del gobierno comunista), tuve que esperar casi diez años y hasta 1993 no entré en el seminario, contando con el permiso del gobierno, que en aquella época tenía que autorizar la entrada. Recuerdo cómo me cuidó don Francisco Javier y doy gracias a Dios por su presencia paciente y compasiva a mi lado. Este es el espíritu con el que vivo mi servicio como obispo y me gustaría que cada sacerdote, religioso o laico lo viviera hacia su prójimo”.
La experiencia misionera en la diócesis, informa Mons. Joseph Bui Cong Trac, ha servido también para reforzar la unidad entre los componentes de la comunidad católica, que cuenta con más de 700.000 fieles: "Fortalecidos por ese impulso, hemos vivido la preparación del Sínodo como un tiempo precioso para dialogar y caminar juntos. Nuestra Iglesia local tiene un rostro muy variado: 350 sacerdotes diocesanos y 650 sacerdotes religiosos; más de 3500 religiosos y más de 4000 religiosas, así como numerosos catequistas, en 220 parroquias. Hemos vivido el tiempo previo al Sínodo con una colaboración y una participación auténticas y genuinas, en las que todos han aportado su contribución, todos se han sentido valiosos, como lo son a los ojos de Dios". "Este Sínodo -concluye- para nosotros ya ha dado sus frutos como experiencia de escucha recíproca y de unidad en nuestra Iglesia local".
(PA) (Agencia Fides 19/9/2023)