ASIA/AFGANISTÁN - Vuelve el temor a Kabul, pero “la Iglesia continúa su obra social”, declara a Fides el Superior de la Missio sui iuris

lunes, 18 enero 2010

Kabul (Agencia Fides) – “Hemos escuchado explosiones y disparos esta mañana. El conflicto ha sido intenso, Desde hacía tiempo el clima en Kabul parecía más distendido y estos episodios han suscitado nuevamente el temor. La ciudad no está blindada, salir de los lugares protegidos es peligroso”: es el testimonio dado a la Agencia Fides por el P. Giuseppe Moretti, Superior de la Missio sui iuris en Afganistán, al comentar los atentados kamikaze perpetrados en Kabul por los talibanes. Fueron blanco de los ataques el Banco Central, Algunos ministerios, el centro de telecomunicaciones, un hotel para extranjeros, algunos centros comerciales. Siguió una batalla con la policía y las fuerzas de la OTAN –que dejaron varias víctimas–, las cuales han retomado el pleno control de la situación en la ciudad.
De todos modos la población de Kabul ha quedado en shock. El P. Moretti explica a Fides: “Lo de esta mañana ha sido una demostración de fuerza y vitalidad por parte de los talibanes. Cierto, no existe el peligro de que retomen el poder: las fuerzas internacionales no lo permitirían. Pero estamos en una situación de incertidumbre y precariedad que impide el desarrollo normal de la vida. Vivimos entre altos y bajos, según las advertencias que se difunden. Ayer, por ejemplo, en le Misa dominical celebrada en la Embajada Italiana, los miembros de la comunidad católica internacional que residen en Kabul abarrotaban la iglesia. Hoy ha regresado el miedo y muchos prefieren no salir de sus casas”.
El Superior agrega: “Hay signos de esperanza que queremos que pronto se conviertan en una certeza para el pueblo afgano. El país necesita de instrumentos y vías que exploren una solución política y diplomática, no sólo militar, en el complejo escenario afgano”.
El P. Moretti subraya que “se necesita restituir el protagonismo a la sociedad civil y trabajar por construir los verdaderos fundamentos de la democracia: escuelas, hospitales, trabajo, salarios justos. Si el analfabetismo es muy difundido, si la asistencia sanitaria es un privilegio de unos pocos, si los salarios son bajos, ¿cómo será posible estabilizar y pacificar un país? Desde hace tiempo insistimos en que la comunidad internacional debería incentivar el compromiso social en Afganistán, para alejar a los extremistas de la simpatía de la población. La Iglesia, en su pequeñez, hace lo suyo: hemos construido la ‘Escuela de Paz’ en una población de la periferia de Kabul, donde 850 jóvenes reciben instrucción. El trabajo de las Misioneras de la Caridad con los huérfanos, iniciativas como ‘Pro niños de Kabul’ (llevada adelante por diversas congregaciones religiosas), o las ayudas humanitarias de Caritas, son signos de nuestra presencia, testimonio silencioso del amor de Dios por el pueblo afgano. Oremos por la paz y hagamos el bien, mirando al ser humano, sin etiquetas o distinciones por religión, grupo étnico, proveniencia”. (PA) (Agencia Fides 18/01/2010; líneas 34, palabras 487)


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