ASIA/TAIWÁN - Las celebraciones por los 150 años de la evangelización de Taiwán han llevado a la Iglesia local “a una mayor consciencia de la propia identidad misionera”, afirma a Fides el Director nacional de las OMP, el P. Felice Chech; el sábado 21 se realizará la clausura presidida por el Cardenal Tomko

viernes, 20 noviembre 2009

Taipei (Agencia Fides) – En la tarde del sábado 21 de noviembre, en la solemnidad de Cristo Rey del Universo, el Enviado especial del Santo Padre Benedicto XVI, el Cardenal Jozef Tomko, Prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, presidirá la Celebración conclusiva por los 150 años de la evangelización de Taiwán, que se tendrá en el gran estadio Lin Kou de la capital Taipei, que tiene una capacidad para 20 mil personas. Confirmaron su presencia diversos Cardenales y Obispos, además de numerosos sacerdotes y misioneros, así como autoridades políticas con el Presidente de la República, Ma Yin Jiou, a la cabeza. Para la circunstancia la Agencia Fides dirigió algunas preguntas al P. Felice Chech, camiliano, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Taiwán, que desde 1971 se desempeña como misionero en Taiwán, donde ha cubierto diversos encargos en el campo de la pastoral y la asistencia sanitaria. En el 2004 recibió el Premio Nacional por méritos en el campo de la salud, en particular por su servicio entre los aborígenes A-Tayal.

Padre Felice, ¿cómo se ha vivido en la comunidad católica de Taiwán este 150 aniversario de la Evangelización?
Las celebraciones se iniciaron el 17 de mayo del 2008 en Kaohsiung (lugar en el que desembarcaron los misioneros dominicos y que fue evangelizado primero), de donde es Obispo emérito el Cardenal Paul Shan, S.I. Podemos decir entonces que toda la Iglesia de Taiwán se ha puesto en movimiento para esta importante ocasión. Durante todo el año se han desarrollado actividades inter diocesanas, como concursos de pintura, música literatura, canto litúrgico y teatral, siempre inherentes a la celebración. En cada diócesis se ha buscado revitalizar el espíritu misionero con la iniciativa “San Andrés 1+1”, siguiendo el ejemplo del apóstol Andrés que condujo a Pedro a conocer a Jesús. Ese ha sido el compromiso propuesto a cada cristiano: concentrase con la oración y con iniciativas de atención hacia algún no-cristiano, amigo, pariente, compañero de trabajo o de la escuela, etc., con el objetivo de conducirlo al encuentro con Cristo. En general, hemos también intensificado los cursos de catequesis y formación religiosa.
Han sido varias las iniciativas en el campo de la caridad, en particular luego de los aluviones del 8 de agosto de 2009. Los sacerdotes de diversas diócesis han escogido hacer juntos sus ejercicios espirituales anuales poniendo un mayor énfasis en la evangelización. Parroquias e instituciones católicas, escuelas, hospitales… han organizado cursos de catequesis invitando a los no cristianos a encontrarse con Cristo.
Una iniciativa bien lograda sin lugar a dudas fue la de la procesión de la Virgen, proveniente de la Basílica Menor de Wanchin, al sur de Taiwán, que recorrió casi todas las parroquias de la isla. También el diálogo ecuménico ha estado caracterizado por varios encuentros de oración y diálogo interreligioso, involucrando a católicos, protestantes y budistas.

¿Cuáles son las mayores dificultades que actualmente tiene la evangelización en Taiwán?
La herencia histórica lamentablemente hace que la Iglesia católica siga siendo vista como “religión extranjera”, por lo cual a veces se encuentra todavía signos de desconfianza. Entre los chinos taiwaneses la mayor dificultad es la todavía fuerte influencia de la superstición en la religiosidad popular. Al mismo tiempo, entre los aborígenes (la mayor parte católicos o protestantes), la falta de formación o la poca presencia de catequistas en las poblaciones de la montaña hace que la formación cristiana sea poco sólida, además de la frecuente inestabilidad del carácter del aborigen. La falta de trabajo empuja a no pocos aborígenes a buscar las ciudades, donde con mucha probabilidad terminan perdiéndose, con consecuencias nefastas para ellos y para sus familias. Es así que muchos jóvenes no llegan a tener una formación religiosa y se convierten en fáciles víctimas del alcohol, volviéndose también más frágiles moral y afectivamente. En las poblaciones alejadas quedan frecuentemente sobre todo niños y ancianos.

¿Qué perspectivas se abren para la misión luego de esta celebración?
Las diversas actividades para celebrar los 150 años de la evangelización han requerido una movilización general de la Iglesia en Taiwán, llevándola a una mayor consciencia de la propia identidad misionera, haciéndola más capaz, activa y deseosa de testimonio. El voluntariado en las parroquias lo ha acogido positivamente y la experiencia está enriqueciendo a no pocas personas de la comunidad. Se avizora, pues, una mayor colaboración no sólo entre las parroquias, sino también entre las diócesis y diversos institutos religiosos. Se continuará invitando a un cada vez mayor sentido de pertenencia y de testimonio cristiano, acogiendo los retos de nuestra sociedad. También la prensa y los medios de comunicación parecen perder la consciencia de esta realidad. Las iglesias estarán abiertas, para que todos los que se acerquen puedan encontrar un ambiente de acogida y de testimonio. Se continuará también con la formación permanente y con la organización de diversos cursos de catequesis. (SL) (Agencia Fides 20/11/2009; líneas 65, palabras 857)


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