VATICANO - “Es importante para todos, docentes y estudiantes, no perder nunca de vista el fin que se persigue, el de ser instrumentos del anuncio evangélico”: Benedicto XVI a los docentes y estudiantes de los Ateneos Pontificios Romanos

viernes, 20 noviembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Vuestro compromiso de servir a la verdad que Dios nos ha revelado participa de la misión evangelizadora que Cristo ha confiado a la Iglesia: es por lo tanto un servicio eclesial... Es importante para todos, docentes y estudiantes, no perder nunca de vista el fin que se persigue, el de ser instrumentos del anuncio evangélico”. Son los consejos que el Santo Padre Benedicto XVI dirigió a docentes y estudiantes de los Ateneos Pontificios Romanos y a los participantes en la 23ª Asamblea General de la Federación Internacional de las Universidades Católicas, recibidos en audiencia el 19 de noviembre al final de la mañana.
Recordando dos “importantes aniversarios” – el 30º de la Constitución apostólica Sapientia christiana y el 60º aniversario del reconocimiento por parte de la Santa Sede del Estatuto de la Fédération Internationale des Universités Catholiques (FIUC) – el Papa evidenció “el papel insustituible de las Facultades eclesiásticas y de las Universidades católicas en la Iglesia y en la sociedad”. “El Concilio Vaticano II – dijo el Pontífice – lo había ya subrayado en la Declaración Gravissimum educationis, cuando exhortaba a las Facultades eclesiásticas a profundizar en los varios sectores de las ciencias sagradas, para tener un conocimiento cada vez más profundo de la Revelación, para explorar el tesoro de la sabiduría cristiana, favorecer el diálogo ecuménico e interreligioso, y para responder a los problemas que surgen en ámbito cultural”. Hoy hay más de 1.300 Universidades católicas y alrededor de 400 Facultades eclesiásticas, difundidas en todos los continentes, muchas de las cuales han surgido en las últimas décadas.
“La Constitución apostólica Sapientia christiana, desde sus primeras expresiones – siguió Benedicto XVI – destaca la urgencia, todavía actual, de superar el divario que existe entre fe y cultura, invitando a un mayor compromiso de evangelización, con la firme convicción de que la Revelación cristiana es una fuerza transformadora, destinada a permear las formas de pensar, los criterios de juicio, las normas de actuación. Es capaz de iluminar, purificar y renovar las costumbres de los hombres y sus culturas”. El Santo Padre ha subrayado también la necesidad para los que cultivan las disciplinas sagradas, de mantener “los contactos con los demás campos del saber para un diálogo fructífero, sobre todo con el fin de ofrecer una preciosa contribución a la misión que la Iglesia está llamada a llevar a cabo en el mundo... El hombre, de hecho, es incapaz de comprenderse plenamente a sí mismo y al mundo sin Jesucristo: sólo Él ilumina su verdadera dignidad, su vocación, su destino último y abre el corazón a una esperanza sólida y duradera”.
En su discurso el Pontífice subrayo que “el estudio de las ciencias sagradas no debe ser nunca separado de la oración, de la unión con Dios, de la contemplación, de lo contrario las reflexiones sobre los misterios divinos corren el riesgo de convertirse en un vano ejercicio intelectual”, y concluyó recordando que “el servicio que lleváis adelante es precioso para la misión de la Iglesia”. (S.L.) (Agencia Fides 20/11/2009; líneas 34 palabras 495)


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