ÁFRICA/ANGOLA - “Las ayudas ofrecidas hasta ahora a los repatriados son una gota en el océano de las necesidades”, afirma el Obispo de Uije, que lanza un llamado a la solidaridad de todos

jueves, 5 noviembre 2009

Luanda (Agencia Fides) – Mons. Emilio Sumbelelo, Obispo de Uije, lanzó un llamado para el envío de ayudas de emergencia para los angoleños forzados por la República Democrática del Congo a volver a su patria (ver Fides 4/11/2009).
“Ayudadnos cuanto antes, pues de otro modo será demasiado tarde. La situación es superior a nuestras fuerzas”, afirmó el Obispo en los micrófonos de Radio Ecclesia, emisora promovida por la Conferencia Episcopal de Angola y San Tomé y Príncipe.
Mons. Sumbelelo ha visitado diversas localidades donde los repatriados han sido acogidos en instalaciones improvisadas en las que el flujo de personas expulsadas de la RDC es continuo, en particular, en Bela Vista y Kimbata, en los alrededores de Maquela do Zombo. Además de Maquela do Zombo, donde se estima que haya unos 6 mil repatriados, hay otros 3 mil en la ciudad vecina de Damba.
“Todos los días llegan nuevos repatriados” afirma el Obispo de Uije, que define la situación como “dramática”. Mons. Sumbelelo reconoció los esfuerzos del gobierno y de las organizaciones humanitarias, entre las cuales están aquellas dirigidas por la Iglesia Católica. Sin embargo, el Obispo ha puesto en evidencia que estos refuerzos son “una gota en el océano”, porque el número de personas que necesitan asistencia es muy grande”. He visto a personas con los pies inflamados por el largo camino, hasta 80 kilómetros a pié. Me he encontrado con personas que no han comido por dos, tres o cuatro días”, afirmó Mons. Sumbelelo.
La situación se ha vuelto más grave por las lluvias insistentes que se baten sobre la ciudad. Mons. Sumbelelo recordó que durante su visita a Maquela do Zombo, “llovió a cántaros todos los días”.
En el confín fronterizo entre Bela Vista y Kimbata, Mons. Sumbelelo se conmovió viendo a madres con sus niños a cielo abierto con la lluvia, sin ninguna protección.
También la situación sanitaria es desastrosa, como ha podido constatar el mismo Obispo, que transportó en su propio jeep a un enfermo grave a una estructura sanitaria. (L.M.) (Agencia Fides 5/11/2009; líneas 26, palabras 365)


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