EUROPA/ESPAÑA - La acción misionera de las Iglesias del Viejo Continente en América Latina

jueves, 5 noviembre 2009

Madrid (Agencia Fides) - Se llevó a cabo en Madrid, el 27 y 28 de octubre pasados, el encuentro anual de los Organismos Episcopales Europeos para América Latina. En este encuentro, que se lleva a cabo desde hace más de 10 años, participan los representantes de los organismos de todo el continente que se ocupan de la formación, del envió y del acompañamiento de misioneros presentes en la Iglesia latinoamericana, principalmente de aquellos relacionados a la cooperación misionera entre Iglesias locales (Fidei Donum presbíteros y laicos).
Junto a los representantes de España, Portugal, Francia, Bélgica e Italia, a los que habría que añadir Polonia, Alemania e Irlanda, ausentes justificadamente, participaron en el encuentro Mons. Octavio Ruiz, Vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina, y Mons. Baltazar Porras, Vicepresidente del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano). La Agencia Fides le pidió a don Alberto Brignoli, responsable de la Comisión América Latina de la Fundación CUM de Verona, que participó en el encuentro como representante de Italia, de sintetizar los principales temas tratados.
“Mons. Porras habló del compromiso misionero de la Iglesia en América Latina a raíz del lanzamiento de la Gran Misión Continental. Explicó como la Iglesia del Continente Latinoamericano ha pasado decididamente de ser ‘evangelizada’ a ser ‘evangelizadora’. A través de distintas etapas en su historia, últimamente marcada por los Documentos de las Conferencias del CELAM, la Iglesia Latinoamericana y del Caribe ha comprendido ahora la necesidad de mantenerse en un ‘estado de permanente misión’, que busca como objetivo principal la promoción de una profunda conversión, tanto de las personas como de las estructuras pastorales, el incremento de una formación permanente atenta a valorizar los carisma, la necesidad de alcanzar con el anuncio del Evangelio a todos los sectores marginados del Continente y la comunicación de la vida plena en Cristo como un lugar de reconciliación y de paz.
A través de un atento estudio realizado desde su observatorio privilegiado, Mons. Ruiz presentó por su parte los desafíos y las esperanzas actualmente presente en América Latina. En su intervención mostró la situación del Continente Latinoamericano desde un punto de vista político y económico (donde junto a un fuerte proceso de democratización se nota el regreso de una cierta tendencia de tipo nacional-populista), desde un punto de vista socio-cultural (caracterizado por el fenómeno de la globalización acompañado de relativismo, secularización, indiferentismo antropológico y crecimiento de la violencia) y desde un punto de vista religioso (en el que se nota una Iglesia con más de 500 años de evangelización pero que sufre de una fuerte debilitación de la vida cristiana debido a varios factores, internos y externos).
En este contexto no faltan sin embargo signos de esperanza en la Iglesia Latinoamericana, como son el crecimiento de un protagonismo eclesial de sectores sociales hasta el momento marginados, la valorización de la tradición y de la fe popular, el despertar de la familia como pequeña Iglesia doméstica, el testimonio cotidiano, silencioso y abnegado de muchos sacerdotes, religiosos/as y laicos, la fuerza de varias pequeñas comunidades eclesiales, la opción preferencial por los pobres y las jóvenes generaciones, el fortalecimiento de las asociaciones laicales, de los movimientos apostólicos y de los itinerarios de formación cristiana.
En el diálogo que se suscitó a continuación los representantes europeos dieron algunas líneas-guía que – teniendo en cuenta la realidad presentada – puedan constituirse en puntos de referencia de la acción misionera de las Iglesias del Viejo Continente. Entre estos, mencionamos sintéticamente: la centralidad de la formación antes del envió y la actualización permanente en los lugares de misión, con una particular atención al laicado; una mayor coordinación entre las instituciones eclesiales que cooperan entre sí (diócesis), entre los distintos institutos misioneros religiosos y entre las diócesis y los institutos misioneros; el intercambio de experiencias eclesiales y misioneras a través de las Iglesias Europeas; la necesidad de una reflexión sobre el surgimiento de nuevos movimientos eclesiales y de comunidades misioneras; el acompañamiento de los agentes pastorales (en particular sacerdotes y religiosos/as) que desde América Latina vienen a colaborar en Europa; la identificación común de las prioridades al escoger los lugares y las situaciones concretas para enviar a los nuevos misioneros al continente latinoamericano”. (SL) (Agencia Fides 5/11/2009 – líneas: 52, palabras: 704)


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