VATICANO - Benedicto XVI al nuevo Embajador de la República Islámica de Irán: “La Santa Sede confía en el hecho de que las autoridades iraníes sabrán reforzar y garantizar a los cristianos la libertad de profesar su fe y sabrán asegurar a la comunidad católica las condiciones esenciales para su existencia”

viernes, 30 octubre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Con su presencia en las instancias internacionales y sus relaciones bilaterales con numerosos países, la Santa Sede procura defender y promover la dignidad del hombre. Desea de esta manera estar al servicio del bien de la familia humana, mostrando un particular interés por los aspectos éticos, morales y humanitarios de las relaciones entre los pueblos. En esta perspectiva, la Santa Sede busca consolidar sus relaciones con la República Islámica de Irán, y favorecer la comprensión recíproca y la colaboración con vistas al bien común”. Lo subrayó el Santo Padre Benedicto XVI al recibir en Audiencia, el 29 de octubre, a Su Excelencia el Señor Ali Akbar Naseri, nuevo Embajador de la República Islámica de Irán ante la Santa Sede, quien presentó sus Cartas Credenciales.
En su discurso, Benedicto XVI recordó que “Irán es una gran Nación que posee eminentes tradiciones espirituales y su pueblo posee una profunda sensibilidad religiosa”, y expresó su deseo de “una apertura creciente y relaciones de confianza con la comunidad internacional”. Asimismo afirmó que “la Santa Sede estará siempre lista para trabajar en armonía con aquellos que sirven a la causa de la paz y promueven la dignidad de la cual el Creador ha dotado a todo ser humano”, y exhortó a apoyar “una nueva fase de cooperación internacional, fundada más sólidamente sobre principios humanitarios y en la ayuda efectiva a los que más sufren”.
“La fe en el Dios único –continuó Benedicto XVI– debe acercar a todos los creyentes e impulsarlos a trabajar juntos por la defensa y la promoción de los valores humanos fundamentales. Entre los derechos universales, la libertad religiosa y la libertad de consciencia ocupan un puesto fundamental, ya que están en la base de todas las demás libertades. La defensa de otros derechos que nacen de la dignidad de las personas y de los pueblos, en particular la promoción de la defensa de la vida, de la justicia y de la solidaridad, debe ser a su vez el objeto de una real colaboración. Por lo demás, como lo he afirmado en repetidas ocasiones, establecer relaciones cordiales entre los creyentes de diversas religiones es una necesidad urgente de nuestro tiempo, para construir un mundo más humano y más conforme al proyecto de Dios para la creación”.
Benedicto XVI recordó que “los católicos están presentes en Irán desde los primeros siglos del cristianismo y han sido siempre parte integrante de la vida y de la cultura de la Nación”, la buena convivencia con los creyentes musulmanes “es de gran utilidad para la promoción de una mayor comprensión y cooperación”. Seguidamente continuó: “La Santa Sede confía en el hecho de que las autoridades iraníes sabrán reforzar y garantizar a los cristianos la libertad de profesar su fe y sabrán asegurar a la comunidad católica las condiciones esenciales para su existencia, en particular la posibilidad de contar con suficiente personal religioso y de poder movilizarse en el país fácilmente con el fin de garantizar el servicio religioso a los fieles. En tal perspectiva, quiero expresar mi deseo de que se produzca un diálogo regido por la confianza y la sinceridad con las instituciones del país, con el fin de mejorar la situación de las comunidades cristianas y de sus actividades en el contexto de la sociedad civil y también de hacer crecer su sentido de pertenencia a la vida nacional”. (S.L.) (Agencia Fides 30/10/2009; líneas 40; palabras 610)


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