OCEANÍA/TAHITÍ - El Año Sacerdotal, ocasión para descubrir a los misioneros que han difundido el Evangelio: los Padres fundadores de la misión en Tahití, el P. Honoré Laval y el P. Francois d’Assise Caret

miércoles, 28 octubre 2009

Papeete (Agencia Fides) – Cada mes, durante el Año Sacerdotal, el periódico diocesano de Papeete “Le Semeur Tahitien” propone redescubrir la figura de un sacerdote o de un Obispo que ha marcado la historia del catolicismo en Oceanía y en Papeete, pensando sobre todo en los misioneros que han dedicado su vida a la evangelización del antiguo vicariato apostólico de Tahití. Ésta, en efecto, es la intención expresada por el Arzobispo de Papeete, Mons. Hubert Coppenrath, en su carta pastoral por el inicio del Año Sacerdotal (ver Fides 30/7/2009). Luego Mons. Michel Coppenrath y San Damián de Veuster, en el último número el periódico diocesano presenta la biografía de los padres de los Sagrados Corazones, considerados fundadores de la misión en Tahití.
El P. Laval, nacido en 1808 en Saint Léger (Eure-et-Loir) donó 46 años de su vida al servicio de Dios y de los habitantes de Mangareva. Poco después de su ordenación dejó Francia y se enrumbó a Oceanía en compañía del P. Francois d’Assise Caret y del hermano Murphy. Los primeros contactos con la población local fueron de recíproca desconfianza, y el soberano de Mangareva le negó el permiso de establecerse en sus tierras. Finalmente un pescador de madreperlas en Aukena acogió al misionero y a partir de entonces comenzó su trabajo de evangelización. Los frutos no se hacen esperar, con cientos de bautismos, incluyendo, el 25 de agosto de 1836, el del re Maputeoa. El P. Laval puso fin a los cultos paganos e instauró una disciplina que muchos definieron demasiado rigurosa, considerando de todos modos que su objetivo era el de preservar a aquel pueblo al que tanto amaba de cualquier influencia negativa. Luego de un intento fallido de establecer una misión en Tahití, junto con el P. Caret, y otros hechos dolorosos, desde 1849 a 1851 del P. Laval fue enviado a las islas de los Tuamotu, donde se realizaron numerosos bautismos ya poco después de su llegada. A su regreso al archipiélago de las islas Gambier, el p. Laval continuó su obra evangelizadora. Injustamente acusado de explotar a los habitantes de Mangareva, que en realidad amaban profundamente al P. Laval, fu obligado a abandonar su misión. Murió el 1 de noviembre de 1890 y fue sepultado en Papeete.
El P. Francois d’Assise Caret nació en 1802 en Miniac-sous-Bécherel. Luego de su ordenación sacerdotal, en 1826, se dedicó a la asistencia de enfermos incurables. Emitidos sus votos entre los padres de los Sagrados Corazones, en 1834, se embarcó con el P. Laval y el hermano Murphy con destino a la Polinesia, donde transcurrirá los siguientes 12 años. Los primeros dos años se dedicó incansablemente a educar, evangelizar y bautizar a los habitantes del archipiélago de las Gambier, y el 6 de noviembre de 1936 con el P. Laval, fue enviado a Tahití, pero el intento de establecer una misión fracasó. Luego de un segundo fracaso, en enero de 1837, el P. Caret regresa a Francia, donde habla en numerosas ocasiones de las tradiciones de los habitantes de las islas Gambier. En Roma se encuentro con el Papa Gregorio XVI a quien regala unas conchas y una estatuilla. Regresa a Mangareva el 20 de diciembre de 1838 y, con algunos regalos del Papa, emprende al año siguiente la misión en las islas Marquesas, lamentablemente sin éxito. Afectado por una infección pulmonar, el P. Caret se ve obligado a regresar a Mangareva. Muere el 26 de octubre de 1844, con tan sólo 42 años. (S.L.) (Agencia Fides 28/10/2009; líneas 37 palabras 577)


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