ÁFRICA/SIERRA LEONA - “El perdón tiene un efecto liberador, sobre todo para las víctimas”, afirma Mons. Biguzi, Obispo de Makeni, describiendo la experiencia de la Comisión para la paz y la reconciliación en Sierra Leona

miércoles, 21 octubre 2009

Roma (Agencia Fides)- En el Seminario Reconciliación, Justicia y Paz en África, realizado en roma durante la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos promovido por el Instituto de Derecho Internacional de la Paz “Giuseppe Toniolo” y por el Forum Internacional Acción Católica, su Exc. Mons. Giorgio Biguzzi, Obispo de Makeni, Presidente de la Conferencia Episcopal de Sierra Leona y Gambia, describió la experiencia de la Comisión para la Paz y la Reconciliación en Sierra Leona y el aporte de la Iglesia en el proceso de paz. El Obispo de Makeni recordó por ejemplo como el Consejo Interreligioso de Sierra Leona (que abarca católicos, musulmanes, anglicanos y metodistas) ha intervenido para iniciar una negociación con los rebeldes del RUF (Frente Revolucionario Unido) después de que estos habían atacado el 6 de enero de 1999 la capital, Freetown. Tras dos años de negociaciones en Togo, finalmente en el 2001 fue firmado un acuerdo que permitió a Sierra Leona reencontrar la paz. La intervención de la asociación de los líderes religiosos fue posible por el hecho que la población local es muy religiosa y que el Consejo Interreligioso era considerado por todo como un órgano que representaba a todos.
Durante el conflicto en Sierra Leona han sido cometidos crímenes horrendos, no solo por algunos de los rebeldes del RUF (tristemente famosos en todo el mundo por mutilar extremidades de sus víctimas y por el reclutamiento de niños soldado) sino también por parte de los otros protagonistas de la guerra. Siguiendo el ejemplo de Sudáfrica y experiencias latinoamericanas, nace la Comisión para la Verdad y la Reconciliación. Su fin principal, recuerda Mons. Biguzzi, es el de establecer la verdad sobre los crímenes y buscar las causas de la guerra. Por este motivo han sido recogidos testimonios en todo el país. De tal investigación se ha visto que la causa principal de la guerra no es ni religiosa, ni tribal, ni étnica, sino más bien social y económica. La corrupción y el mal gobierno de los años ’80 del pasado siglo, encendieron los ánimos de la población local, normalmente muy pacífica, preparando la terrible explosión de violencias de los años ‘90.
De las audiencias de la Comisión, los habitantes, destacó Mons. Biguzzi, han aprendido que en la guerra no hay vencedores y derrotados, sino solo perdedores, que no existen malos por un lado y buenos por el otro, sino que todos tienen una responsabilidad y que cada uno, incluso el propio enemigo, tiene algo de razón. La lección principal de la Comisión es sin embargo el valor del perdón, que tiene un efecto liberador para la misma víctima, cuyo corazón no es más dominio de la erosión del odio y de la sed de venganza. (L.M.) (Agencia Fides 21/10/2009; líneas 32, palabras 489)


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